“UNA FORMA DE VIDA DIFERENTE”


Miércoles 5 de junio del 2024

Hoy veremos cómo el Señor quiere prosperar nuestra actividad económica.

No sean egoístas; no traten de impresionar a nadie. Sean humildes, es decir, considerando a los demás como mejores que ustedes»  Filipenses 2:3

Existe un cuento popular acerca de una viejecita que vendía quesos de la leche de sus cabras. Ella era tan próspera, que despertó la envidia del vecino que por más que invertía en alimentos y cuidados para su ganado no lograba que produjeran leche como la cabrita de la viejita.

No se ocupen solo de sus propios intereses, sino también procuren interesarse en los demás» Filipenses 2:4

En su desesperación, el vecino compró la cabrita a la anciana y se la llevó para ordeñarla, pero, extrañamente se dio cuenta de que tampoco en su corral la cabrita producía como con la anciana. Entonces el vecino frustrado le preguntó a la anciana, cuál era su secreto para producir tanta leche, y la viejecita le explicó que no era la cabra, ni el negocio, ni la inversión, sino la actitud: “yo ordeño a mi cabrita por gusto, me encanta trabajar en ello y bendigo a Dios cada que estoy en el trabajo. Lo demás queda en manos del Señor”


“Tengan la misma actitud que tuvo Cristo Jesús»  Filipenses 2:5

¡Exacto! El Señor quiere nuestra prosperidad para que seamos felices. Que nuestra actividad económica, nos haga sentirnos contentos, satisfechos  y realizados, y no estemos pensando en lo molesto que es trabajar. Miremos el ejemplo de Jesucristo

Aunque era Dios,  no consideró que el ser igual a Dios  fuera algo a lo cual aferrarse» Filipenses 2:6

Si bien Jesús sufrió por nosotros, Él se agradó de ello, porque estaba pensando en salvarte a ti. Así que no se trata de las cosas, sino de la actitud; y hoy el Señor nos invita a tener esa misma actitud para mejorar en nuestra actividad económica

En cambio, renunció a sus privilegios divinos; adoptó la humilde posición de un esclavo y nació como un ser humano. Cuando apareció en forma de hombre,»Filipenses 2:7

El Señor se complació en despojarse de su divinidad, y no le importó humillarse para salvarnos. Esa debe ser nuestra actitud de vida, y las bendiciones se dejarán sentir.  

se humilló a sí mismo en obediencia a Dios  y murió en una cruz como morían los criminales.» Filipenses 2:8

Y aún humillando como ser humano, se humilló más hasta la muerte. El Creador muriendo por ti, su creación.

Por lo tanto, Dios lo elevó al lugar de máximo honor  y le dio el nombre que está por encima de todos los demás nombres Filipenses 2:9

Entonces,  acepta hoy el reto de ser un poquito más como Jesús, antes de «comprar o vender tus cabras”

Buenos días

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