«¿ERES PARTE DE LAS OVEJAS DEL SEÑOR?” 


Viernes 5 de abril del 2024.

Existen pasajes paralelos entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, porque el A. T. es la base firme para el N. T.

Así dice el Señor y Dios: Yo estoy en contra de los pastores. Les pediré cuentas de mi rebaño; les quitaré la responsabilidad de apacentar a mis ovejas y no se apacentarán más a sí mismos. Rescataré mis ovejas de su boca, para que no les sirvan de alimento.” Ezequiel 34:10

Más o menos 700 años antes de que el Señor Jesús viniera a este mundo, ya el profeta Ezequiel había anunciado al “gran Pastor de las ovejas”
»”Así dice el Señor y Dios: Yo mismo me encargaré de buscar y de cuidar a mi rebaño.” Ezequiel 34:11

Para un pueblo que se dedicaba al pastoreo, era muy fácil entender el cuidado y dedicación que como pastores se debe tener de este tipo de animalito.

Como un pastor que cuida de sus ovejas cuando están dispersas, así me ocuparé de mis ovejas y las rescataré de todos los lugares donde, en un día oscuro y de nubarrones, fueron dispersadas. Ezequiel 34:12

De la misma forma que el pastor cuida, guarda, protege y sustenta a sus ovejas, el Señor nos cuida, ama y protege, porque Él es nuestro Pastor.

Yo las sacaré de entre las naciones; las reuniré de los países y las llevaré a su tierra. Las apacentaré en los montes de Israel, en los canales de los ríos y en todos los poblados del país.” Ezequiel 34:13

Fíjate en las necesidades básicas de una oveja de pastos verdes y agua para beber, aunque por algún tiempo tengan que cruzar por páramos y desiertos.

Yo mismo apacentaré mi rebaño y lo llevaré a descansar, afirma el Señor y Dios. Ezequiel 34:15

Cuando Jesús hablaba frente a los fariseos, conocedores de esta profecía, se desquiciaron. Prácticamente el Pastor, nuestro Señor Jesús, había llegado a confrontar a esos «pastores» que no cuidaban el rebaño, pues solo lo utilizan para trasquilarlo y hacer barbacoa.

Buscaré a las perdidas, haré volver a las descarriadas, vendaré a las heridas y fortaleceré a las débiles, pero destruiré a la robusta y fuerte. Yo las pastorearé con justicia.” Ezequiel 34:16

El Señor sabe que el mal trato del pastor, puede herir e incluso mermar el tamaño del rebaño, por ello, para hacer justicia, primero, hay que restaurarlas hasta que sanen, para después cambiar al pastor por uno que se preocupe por su rebaño, y no que lo explote y ordeñe.

Entonces les daré un pastor, mi siervo David, que las apacentará y será su único pastor. Ezequiel 34:23

Claramente, así lo declaró el profeta refiriéndose a Jesucristo. Y por esto Jesús dijo:

“Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas”. Juan 10:11

Fue una contundente verdad que rebotó en la cara de los fariseos, quienes en vez de arrepentirse y clamar por perdón, se engañaron a sí mismos, con su soberbia intelectual.

“Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen”. Juan 10:14

Es pues Jesús, el Pastor que esperábamos. Es Jesús, nuestro buen Pastor que ha venido para restaurarnos por medio de su sacrificio en la cruz y su resurrección. Hoy Jesús nos dice:

“Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano”. Juan 10:27-28

¿Ya has escuchado esa voz del SEÑOR? ¿Conoces a quien te anda buscando para ser tu Pastor? ¿Que voz es la que te está guiando? David lo reconoció así:

“El SEÑOR es mi pastor; nada me faltará”. Salmo 23:1

¿Aceptaras hoy ser parte del rebaño del Señor, tu Salvador?

Buenos días

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