EN MEDIO DE LA DESESPERACIÓN Y DESESPERANZA, CLAMA AL SEÑOR «APASIONADAMENTE»

Viernes 5 de abril del 2024

“En mi gran angustia clamé al Señor, y él me respondió. ¡Te llamé desde la tierra de los muertos, y SEÑOR, tú me escuchaste!»  Jonás 2:2 


Típicamente, cuando oras al Señor, ¿solo le dices a Dios lo que tú crees que Él quiere escuchar? Tal vez comiences con un simple: “Amantísimo Padre celestial. Gracias por este día, por los alimentos y por mi familia. Bendigo tu santo Nombre”. Luego continúas con una oración predecible, ya sea un «Padre Nuestro», o una oración muy parecida a la última vez que oraste.


Pero Dios no busca una oración mecánica, predecible, trillada o memorizada. Se aburre con oraciones como esas.

En cambio, Dios quiere escuchar que le ores apasionadamente.

Jonás puede enseñarnos mucho sobre cómo orar apasionadamente. Cuando cayó al océano y fue tragado por un gran pez, dijo: “Clamé al Señor en mi gran angustia, y él me respondió. ¡Te llamé desde la tierra de los muertos, y SEÑOR, tú me escuchaste!» (Jonás 2:2)       

Como padre, siempre supe cuando mis hijos decían algo, que no representaba lo que en verdad sentían. Dios también lo sabe. No puedo imaginarme a Jonás orando desde el interior del gran pez diciendo: “Señor, gracias por esta cama de algas, bendice mi sueño; platicamos mañana».


Jonás no oró de esta manera, para nada. Pero sí «clamó al Señor». Él oró pidiendo: “¡Auxilio! ¡Necesito que me salves… ¡Me muero!


Dios responde oraciones desesperadas, angustiantes, frenéticas y emocionales; en esencia, a plegarias apasionadas. Él quiere que ores con lo que en realidad hay en tu corazón. En la Biblia, a eso se le llama «lamentarse». Que es sinónimo de quejarse.

¿Sabías que Dios quiere escuchar tus quejas? Él está interesado en cada detalle de tu vida, incluso cuando no estás en paz y feliz.


Muchos de los Salmos son lamentos, oraciones de queja a Dios. Incluso hay un libro completo de la Biblia llamado Lamentaciones, y está lleno de las quejas de Jeremías.

A Dios le importa tu dolor. Él quiere escuchar lo que hay en tu corazón. Prefiere escuchar tus quejas que una oración cortés que realmente no sientes.

Si te encuentras en una situación desesperada en este momento (si no, en algún momento de seguro lo estarás), omite la oración de memoria. Abre tu corazón y comparte lo que sientes con Dios.
El Señor, tu Creador, tu Salvador y tu Buen Pastor, quiere oírte.

MEDITA EN ESTO:

  • ¿Por qué crees que recurrimos a oraciones memorizadas y predecibles con tanta frecuencia o tan fácilmente?
  • ¿Cuáles son algunas de las cosas por las que has orado apasionadamente?
  • Dios quiere que le ores, contándole lo que hay en lo profundo de tu corazón. ¿Cómo pueden cambiar tus oraciones cuando te concentras en esta verdad?

«¿ERES PARTE DE LAS OVEJAS DEL SEÑOR?” 


Viernes 5 de abril del 2024.

Existen pasajes paralelos entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, porque el A. T. es la base firme para el N. T.

Así dice el Señor y Dios: Yo estoy en contra de los pastores. Les pediré cuentas de mi rebaño; les quitaré la responsabilidad de apacentar a mis ovejas y no se apacentarán más a sí mismos. Rescataré mis ovejas de su boca, para que no les sirvan de alimento.” Ezequiel 34:10

Más o menos 700 años antes de que el Señor Jesús viniera a este mundo, ya el profeta Ezequiel había anunciado al “gran Pastor de las ovejas”
»”Así dice el Señor y Dios: Yo mismo me encargaré de buscar y de cuidar a mi rebaño.” Ezequiel 34:11

Para un pueblo que se dedicaba al pastoreo, era muy fácil entender el cuidado y dedicación que como pastores se debe tener de este tipo de animalito.

Como un pastor que cuida de sus ovejas cuando están dispersas, así me ocuparé de mis ovejas y las rescataré de todos los lugares donde, en un día oscuro y de nubarrones, fueron dispersadas. Ezequiel 34:12

De la misma forma que el pastor cuida, guarda, protege y sustenta a sus ovejas, el Señor nos cuida, ama y protege, porque Él es nuestro Pastor.

Yo las sacaré de entre las naciones; las reuniré de los países y las llevaré a su tierra. Las apacentaré en los montes de Israel, en los canales de los ríos y en todos los poblados del país.” Ezequiel 34:13

Fíjate en las necesidades básicas de una oveja de pastos verdes y agua para beber, aunque por algún tiempo tengan que cruzar por páramos y desiertos.

Yo mismo apacentaré mi rebaño y lo llevaré a descansar, afirma el Señor y Dios. Ezequiel 34:15

Cuando Jesús hablaba frente a los fariseos, conocedores de esta profecía, se desquiciaron. Prácticamente el Pastor, nuestro Señor Jesús, había llegado a confrontar a esos «pastores» que no cuidaban el rebaño, pues solo lo utilizan para trasquilarlo y hacer barbacoa.

Buscaré a las perdidas, haré volver a las descarriadas, vendaré a las heridas y fortaleceré a las débiles, pero destruiré a la robusta y fuerte. Yo las pastorearé con justicia.” Ezequiel 34:16

El Señor sabe que el mal trato del pastor, puede herir e incluso mermar el tamaño del rebaño, por ello, para hacer justicia, primero, hay que restaurarlas hasta que sanen, para después cambiar al pastor por uno que se preocupe por su rebaño, y no que lo explote y ordeñe.

Entonces les daré un pastor, mi siervo David, que las apacentará y será su único pastor. Ezequiel 34:23

Claramente, así lo declaró el profeta refiriéndose a Jesucristo. Y por esto Jesús dijo:

“Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas”. Juan 10:11

Fue una contundente verdad que rebotó en la cara de los fariseos, quienes en vez de arrepentirse y clamar por perdón, se engañaron a sí mismos, con su soberbia intelectual.

“Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen”. Juan 10:14

Es pues Jesús, el Pastor que esperábamos. Es Jesús, nuestro buen Pastor que ha venido para restaurarnos por medio de su sacrificio en la cruz y su resurrección. Hoy Jesús nos dice:

“Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano”. Juan 10:27-28

¿Ya has escuchado esa voz del SEÑOR? ¿Conoces a quien te anda buscando para ser tu Pastor? ¿Que voz es la que te está guiando? David lo reconoció así:

“El SEÑOR es mi pastor; nada me faltará”. Salmo 23:1

¿Aceptaras hoy ser parte del rebaño del Señor, tu Salvador?

Buenos días