TIENES QUE CREERLO PARA VERLO

Martes 30 de abril del 2024

«La fe demuestra la realidad de lo que esperamos; es la evidencia de las cosas que no podemos ver.» Hebreos 11:1 


La fe es visualizar el futuro. Es creerlo antes de verlo. Hebreos 11:1 dice:Ahora bien, la fe es tener confianza en lo que esperamos, es tener certeza de lo que no vemos” 


¿Y cómo puedes ver lo que está sucediendo en tu vida a través de los ojos de la fe?


Mucha gente dice: «¡Lo creeré cuando lo vea!» Pero nuestro Señor dice que es exactamente lo contrario: “Lo verás cuando lo creas por primera vez”. Hay muchas cosas en la vida que hay que creer antes de poder verlas.

En 1961, la Unión Soviética envió al primer cosmonauta al espacio. Cuando el cosmonauta regresó a la Tierra, el líder soviético Nikita Khrushchev declaró que habían estado en el espacio y que no habían visto a ningún dios por allá.

Unos diez meses después, Estados Unidos envió a John Glenn al espacio. Dio tres vueltas a la Tierra en su misión Mercurio, regresó a la Tierra y le dijo al mundo: “¡Vi a Dios en todas partes! Vi su gloria en la galaxia. Vi su esplendor en el universo. Vi su majestad en las estrellas”.


¿Quién tenía razón? Ambos la tenían. Jesús dijo: “A menos que nazcas de nuevo, no podrás ver el Reino de Dios” (Juan 3:3). Antes de que haya una transformación espiritual en tu vida, tienes una mente demasiado estrecha para ver los planes de Dios para tu vida.

Wernher von Braun, el principal científico en las primeras etapas del programa espacial estadounidense, dijo: “Nunca ha habido un gran logro en la historia, sin fe”.


Fue la fe la que hizo que los científicos creyeran que se podía llevar un hombre a la luna. Es la fe lo que lleva a un arquitecto a diseñar un edificio como todavía no existe, porque primero, cree que se puede hacer. Es por la fe que un atleta olímpico entrena y entrena y va a las olimpiadas, porque cree que puede obtener una medalla. Es la fe la que hace que un escultor o un artista crean que pueden pintar un cuadro o arrancar una escultura de un trozo de mármol. Alguien tiene que creerlo antes de que lo podamos ver.


Puedes confiar en las promesas de Dios y Su obra en tu vida. Cree en el amor, el cuidado y la guía de Dios al enfrentar cualquier cosa que se te presente hoy. ¡Créelo y lo verás!

MEDITA EN ESTO:

  • ¿Qué crees que Dios quiere lograr a través de ti?
  • ¿Cómo afecta la fe el establecimiento de tus metas?
  • ¿Por qué querría Dios que creamos en fe en lugar de simplemente mostrárnoslo antes de que creamos?

UN CLAVO EN EL TRONCO”


Martes 30 de abril del 2024

Otro versículo interpretado parcialmente es el siguiente:


“»Ten cuidado de los falsos profetas que vienen disfrazados de ovejas inofensivas pero en realidad son lobos feroces.  Puedes identificarlos por su fruto, es decir, por la manera en que se comportan. ¿Acaso puedes recoger uvas de los espinos o higos de los cardos?  Un buen árbol produce frutos buenos y un árbol malo produce frutos malos.Mateo 7:15-17

Con este versículo se acostumbra calificar a los cristianos en general, exigiendoles dar fruto, pero, el Señor lo dejó en la Biblia, primeramente para identificar a los “falsos profetas”, o como mi padre decía; a los «profetas de cocina», que en todas las organizaciones religiosas existen.

“Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos”. Mateo 7:17

Se supone que un ministro del Señor o servidor de Jesucristo, no tendría problemas morales ni de conducta, y podría vivir cómodamente en santidad; pero bien conocemos historias de terror entre líderes religiosos y feligreses, que por «idolatrarlos», son arrastrados a vivir en completa depravación y sodomía. El Señor usó está metáfora de los árboles para explicar que un cristiano, y más un ministro del Señor, es un vocero vivo del Señor, debiendo dar ejemplo de vida, mucho más que con sus palabras, aunque «diga que son palabras del Señor», como si fuera un buen árbol que da frutos buenos.


“No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos”. Mateo 7:18

Ahora bien ¿Qué necesita un árbol para dar abundante fruto? Se recomienda un buen abono, buena tierra y riego constante. Pero el consejo más peculiar de los expertos en árboles, es clavar uno o varios clavos oxidados, según el tamaño del árbol para que produzca frutos jugosos y abundantes, y sus ramas crezcan.


“Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego”. Mateo 7;19

Sorprendente recomendación, es lógico regar, abonar y remover la tierra. Pero, clavar un clavo oxidado jamás se me hubiera ocurrido.

Y esta recomendación, también tiene un lado espiritual. El Señor nos compara con árboles y Él es nuestro jardinero:

“Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová. Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto”. Jeremías 17:7-8

Entonces, bajo esta metáfora, el Señor nos riega, abona y sustenta como árboles espirituales, pero también puede clavar clavos oxidados en el tronco. Estos clavos son los problemas, tribulaciones, enfermedades y todas aquellas circunstancias adversas, para que crezcamos fuertes en Él:

“para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo”. 1 Pedro 1:7

Si estás creciendo como árbol plantado por el Señor, no te desanimes por ese “clavo oxidado” que traes a cuestas, o tal vez sean más de uno clavados en tu tronco. Así es cómo fortalecemos nuestras ramas y seguimos creciendo dando buen fruto, porque efectivamente:

“Así que, por sus frutos los conoceréis”. Mateo 7:20

Feliz día del niño.