“SANIDAD PORTENTOSA”

“SANIDAD PORTENTOSA”
Jueves 1 de febrero del 2024.

Después de mucho tiempo en oración, y preguntandoce: ¿Por qué el Señor no me responde? Un hombre, fiel seguidor de nuestro Señor Jesucristo, finalmente pudo expresar la anhelada frase: ¡Ya me dio de alta el doctor, ya estoy en remisión. Ya no más radioterapias!
“Y le preguntaron sus discípulos, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que haya nacido ciego?” Juan 9:2

Generalmente los seres humanos, y más los que somos profesionales occidentales e ilustrados, queremos darle una explicación a todo, así sean los mismos actos de Dios, creyendo que con esto, aprenderemos más de Él y lo amaremos más. Pero muchas cosas que nos suceden en el ámbito espiritual y de milagros sobrenaturales, solo conoceremos lo que hubo «detrás del telón de Dios» hasta que estemos en su presencia y le preguntemos directamente a Él.  

“Respondió Jesús: No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él”. Juan 9:3

Muchas veces la enfermedad es consecuencia de nuestro descuido, mal proceder o herencia genética. Pero, no siempre es así. El ciego de la narración, era ciego desde que nació, solo esperanzado a un milagro como los que el Señor hizo a través de Elías y Eliseo.

“Me es necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que el día dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar” Juan 9:4

Frecuentemente cuando estamos buscando hacer la voluntad del Señor, lo primero que debemos hacer es conocer cuál es esta voluntad. Y obviamente el corazón de Su voluntad la encontramos en su Palabra, la Biblia, y esta es que el que anda en tinieblas llegue a ver la luz que es Cristo. Pero siguiendo con esto, si bajamos al detalle de Su voluntad específicamente para nuestra vida, muchas veces no tendremos claro cuál es su voluntad, porque no es algo entre lo bueno y lo malo, entre ayudar al necesitado o robar; generalmente es entre dos cosas buenas, y hasta muy buenas, PERO solo una de ellas está dentro del plan magistral de Dios para nuestra vida en específico. Y aquí es donde llegamos al milagro de la sanidad del ciego de nacimiento. 

Si el Señor ve en tu corazón el profundo y honesto deseo de hacer Su voluntad, que para nada es decirle: «Dime Señor cuál es tu voluntad, para ver si me animo a hacerla», entonces el Señor buscará la manera de mostrarte que Él está contigo, específicamente en «eso» en lo que no sabes si seguir o detenerte, si girar a la izquierda o a la derecha; y Él te mostrará un milagro, que no haya duda que lo hizo Él para mostrarte su presencia y su guianza. Y aquí puede el Señor permitir que una enfermedad te aqueje (porque el Señor no manda males, sólo los permite, como con Job), para posteriormente sanarte milagrosa y sorprendentemente. Y entonces, tú más que nadie, sabrás que solo Dios nuestro Señor fué quién te sanó, confirmando su presencia, guianza y aprobación de eso que estabas poniendo en oración a su consideración.
“Entre tanto que estoy en el mundo, luz soy del mundo”. Juan 9:5

Y como todo lo que hace el Señor es original y único, ninguna sanidad del Señor es igual a la anterior, porque al sanar a seres únicos como nosotros, no puede existir un molde de sanidad igual para todos.
“Dicho esto, escupió en tierra, e hizo lodo con la saliva, y untó con el lodo los ojos del ciego, y le dijo: Ve a lavarte en el estanque de Siloé (que traducido es, Enviado). Fue entonces, y se lavó, y regresó viendo”. Juan 9:6 y 7

El Señor está esperando ver en cada uno, la genuina intención de buscar su voluntad para hacerla, porque sabe que al existir este sentir en nosotros, buscaremos la forma de conocerla y seguirla. Y cuando tengamos dudas de cual de los dos buenos caminos seguir, Él nos mostrará cual ha preparado para cada uno, acorde a nuestras especificaciones únicas con las que nos formó. 

“El les respondió: Ya os lo he dicho, y no habéis querido oir; ¿por qué lo queréis oír otra vez? ¿Queréis también vosotros haceros sus discípulos?”. Juan 9:27

Creamos en el Señor Jesús, él es Dios, él es Rey, él es la Resurrección y la vida, si deseas hacer su voluntad, está expectante para ver las maravillas de su poder, amor y sanidad en tu vida, así como el Rey Ezequías lo vivió  (2 Reyes 20). 

Buenos días

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