SUFRIR TENTACIÓN NO ES PECADO

SUFRIR TENTACIÓN NO ES PECADO

“Así que, acerquémonos con valentía al trono de nuestro misericordioso Dios. Allí recibiremos su misericordia y encontraremos gracia para ayudarnos cuando más la necesitemos”.  Hebreos 4:16
 
Vivir en un planeta caído y corrompido significa que nunca dejarás de ser tentado. Pero es importante recordar que no es pecado ser tentado. El pecado es ceder a las tentaciones. No eres un mal cristiano porque tienes muchas tentaciones persistentes en tu vida. ¡Simplemente eres humano!

No eres responsable de los pensamientos que tu carne o el enemigo de nuestras almas pone en tu mente, a partir de la multitud de estímulos externos que a diario recibimos de muchas y muy variadas procedencias. Pero eres responsable de lo que haces con ellos. Puedes optar por no detenerte a recrearte en un pensamiento. ¡Cambiando tu forma de pensar, cambiarás en lo que más piensas! Cuando eliges pensar en algo diferente, entonces no has pecado, porque no actuaste según tu tentación te presionaba.

M. Lutero dijo: “No puedes evitar que los pájaros vuelen sobre tu cabeza, pero sí puedes evitar que hagan un nido en tu cabello”. Si tienes un mal pensamiento, no te dejes intimidar por éste. No te flageles. Eso es lo que Satanás quiere que hagas, porque cuanto más te desanimes y apachurres, más podrá manipular esas emociones negativas y llevarte a pecar. Un pensamiento es sólo una tentación. Es tu decisión si la conviertes en un acto pecaminoso.

Estoy seguro que en más de una ocasión, al manejar por las congestionadas avenidas de la ciudad, te has topado con las camionetas de transporte público (las «peserdas»), cuyos conductores, al mero estilo de «Mad Max», manejan sin considerar señalamientos de tránsito ni a los vehículos particulares a su lado; y estoy más que seguro, que ya has sentido ganas de «borrar del mapa» a más de un chofer de estos. Bueno, lo que sentiste y las ganas de hacerlo no es pecado, pero si haces algo para «desintegrarlos», lamentablemente sí será pecado.    

Estarás bajo los ataques de diversas tentaciones por el resto de tu vida. Incluso el cristiano más antiguo y maduro del mundo todavía es tentado. El cristiano maduro sabe que cuanto más se acerque a Dios, más le arrojará Satanás todo tipo de tentaciones, con la esperanza de que alguna sí lo haga caer (la fama, la lana y la dama). Pero cuanto más te acerques al Señor, mejor preparado estarás para enfrentar cualquier cosa que Satanás te arroje a la cara, y podrás resistirlo.

No te dejes intimidar por Satanás. Como cristiano, tienes el poder del Espíritu Santo en ti. Tienes la Palabra de Dios para mostrarte la verdad. Tienes a Jesús a quien clamar. Entonces; ¡Tienes todo lo que necesitas para superar tus tentaciones!

PIENSA EN ESTO:
  • ¿Qué pensamientos de la Palabra de Dios pueden reemplazar tus pensamientos de tentación?
  • ¿Cómo te ayuda el Espíritu Santo cuando eres tentado?
  • ¿Qué vergüenza en torno a alguna tentación necesitas entregarle a Dios hoy?

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