“PROMESA DE BIENESTAR Y PROSPERIDAD»

“PROMESA DE BIENESTAR Y  PROSPERIDAD»


Miércoles 24 de Enero del 2024.

Cuando el Señor nos ha bendecido con su Salvación, su presencia en nuestras vidas y hemos alcanzado una tranquilidad económica, debemos seguir viviendo acorde lo que enseña la Palabra del Señor.

“Comeréis hasta saciaros, y alabaréis el nombre de Jehová vuestro Dios, el cual hizo maravillas con vosotros; y nunca jamás será mi pueblo avergonzado”.
Joel 2:26

Lo lógico es que si nuestra fuente de ingresos para el sostén de nuestra familia ha sido bendecido por Dios, pensemos en que nuestros hijos continúen en esa misma dinámica, sin perder la bendición, y los orientamos, capacitemos y guiamos para que su actividad económica, también se desarrolle con éxito. Sin embargo, muchas veces nos desesperamos al ver que nuestros hijos o subalternos, nos muestran que no podrán continuar al mismo ritmo de trabajo qué nosotros.

“Y conoceréis que en medio de Israel estoy yo, y que yo soy Jehová vuestro Dios, y no hay otro; y mi pueblo nunca jamás será avergonzado”.
Joel 2:27

Es aquí dónde tenemos que aprender a discipular y delegar las tareas de nuestra empresa a nuestros hijos o segundos de abordo, como discípulos, pero con fe, esperanza y supervisión. No pensemos que las ideas nuevas de nuestros cercanos son descabelladas por nunca antes haberse considerado, porque pudieran haber sido puestas en la mente de ellos, después de todo, el Señor así lo ha prometido.

“Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones”. Joel 2:28

Es por ello que tú, ya seas anciano o  joven, debes dejar tu empresa o negocio en manos de la guía del Espíritu Santo, a fin de que tú seas su empleado. Propón tus ideas, tus sueños, para que se vuelvan estratégias y metas para mejorar e incrementar el tamaño y beneficio de tu empresa.

“Y también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días”. Joel 2:29

Entonces, si deseas ver la  bendición del Señor en tu empresa, capacita, entrena y supervisa a tus sucesores, mostrando con tu forma de liderazgo y tu forma de vida que Cristo es el centro de tu existir, para qué a través de ellos, el Señor conserve la provisión y bendiciones para todas las familias que laboren en tu empresa. Pero sobre todo, no menosprecies sus ideas o metas. Recuerda que pueden ser revelaciones como las que tuvo José de parte del Señor, sueños que se convirtieron en estratégias y metas para el bien de muchos:

“Y daré prodigios en el cielo y en la tierra, sangre, y fuego, y columnas de humo”. Joel 2:30

Ah, y recuerda que el ser próspero, no necesariamente significa tener una cuenta de banco con un saldo de muuuchos dígitos:

 «Rico no es el que más tiene; sino el que menos necesita» 

Buenos días