“CÓMO MOSTRAR QUE HUBO UN CAMBIO EN MI”

“CÓMO MOSTRAR QUE HUBO UN CAMBIO EN MI”
Lunes 22 de Enero del 2024.

Muchas veces cuando queremos que nuestros amigos sepan acerca del Señor Jesús, no lo hacemos de una manera sabia, sino atropelladamente, «vacunandolos» contra futuros intentos. Nos podemos perder el momento adecuado, preparado por el Espíritu Santo, de contarles tantas maravillas en nuestra vida, por la gracia de nuestro Señor. Es por ello que hoy aprenderemos a ser eficaces y eficientes, como lo hizo Juan el bautista.

“Este es el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron de Jerusalén sacerdotes y levitas para que le preguntasen: ¿Tú, quién eres?”. Juan 1:19

Lo primero que debemos considerar es que muchas veces tendremos la oportunidad de platicarles acerca de Jesús a personalidades destacadas, así como a menesterosos viviendo en la calle. Todo mundo tiene necesidad de una relación personal y directa con Dios. Y la única diferencia entre estos dos tipos de personas, será el lenguaje usado.

“Confesó, y no negó, sino confesó: Yo no soy el Cristo”. Juan 1:20

Sin embargo, Juan Bautista, no sé sintió amedrentado ni intimidado para hablar de Su Señor.

“Y le preguntaron: ¿Qué pues? ¿Eres tú Elías? Dijo: No soy. ¿Eres tú el profeta? Y respondió: No”. Juan 1:21

También el Evangelio nos advierte que por su soberbia, esas personas pueden tratar de imponerse intimidandote,  debiendo responderles con amabilidad y sencillez. No te enganches en discusiones ociosas.  

“Le dijeron: ¿Pues quién eres? Para que demos respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué dices de ti mismo?” Juan 1:22

Otra cosa que nos hace ver está forma de responder, es no divagar en lo que hemos experimentado en nuestra relación con nuestro Señor. Vamos a hablar de Jesucristo, y no de nosotros; levantemos en Nombre de Cristo, y no el nuestro.

“Dijo: Yo soy la voz de uno que clama en el desierto: Enderezad el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías”. Juan 1:23

También debemos observar como Juan el bautista tenía conocimientos de las Escrituras para poder centrar la conversación en el “Hijo de Dios”. Por ello la necesidad de leer y estudiar diariamente la Biblia.

“Y los que habían sido enviados eran de los fariseos. Y le preguntaron, y le dijeron: ¿Por qué, pues, bautizas, si tú no eres el Cristo, ni Elías, ni el profeta?”. Juan 1:24 y 25

No debemos dejar de observar que ya son dos veces que el Evangelio subraya que quienes preguntan acerca del Señor, son tramposos y embaucadores profesionales; además eran de la «casta sacerdotal y  fariseaica», o sea, de los que más conocían la Thora y los Profetas. 

“Juan les respondió diciendo: Yo bautizo con agua; mas en medio de vosotros está uno a quien vosotros no conocéis”. Juan 1:26

Con sabias palabras de amor y paciencia, Juan una vez más enfoca las preguntas y sus palabras hacía lo realmente importante. Jesucristo como el Mesías prometido que ya había llegado.

“Este es el que viene después de mí, el que es antes de mí, del cual yo no soy digno de desatar la correa del calzado”. Juan 1:27

Debemos confiar en la obra del Espíritu Santo que es quien realmente convence de pecado, y nunca lo seremos nosotros; y pedirle que nos use para que toque el corazón de la persona que Él ya preparó para escuchar lo que le queremos contar. El compartir una experiencia personal y única con nuestro Señor Jesús, no está sujeta a discusión, pues contra lo que viviste y experimentaste en carne propia, no hay objeción que valga, porque es lo que tú viviste en primera persona..  

“El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”. Juan 1:29

Mire cómo el Señor confirma los dichos de Juan el bautista, poniendo las situaciones en lugar, tiempo y forma para que la presencia y persona de Jesucristo sea lo más importante e impactante.

“Este es aquel de quien yo dije: Después de mí viene un varón, el cual es antes de mí; porque era primero que yo”. Juan 1:30

Así es como el Señor trabaja en y a través de nosotros, para mostrarse a los demás.

“Y yo no le conocía; mas para que fuese manifestado a Israel, por esto vine yo bautizando con agua”. Juan 1:31

Así es como el Señor respalda nuestras palabras cuando somos sencillos y obedientes.

“Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar con agua, aquél me dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo”. Juan 1:33

Así Juan, una vez más, no cede ante las provocaciones de los demás y reenfoca la conversación, a lo verdaderamente importante que es Jesús y su salvación. ¿Cuántos de nosotros podemos centrar nuestra plática, como Juan?

“Y yo le vi, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios”. Juan 1:34

Piensa en esto y analizalo, para hablarles a los demás cómo lo  hizo Juan el bautista. Siempre con palabras sencillas de fácil comprensión, no usando palabras y expresiones «domingueras» expresadas solo por eruditos y teólogos expertos, sino con frases que sean perfectamente comprensibles por quienes las escuchen. Centrando tu experiencia como resultado de tu aceptación y reconocimiento de la necesidad de un Salvador, Cristo Jesús. 

Y por último, fíjate el tipo de vida llevas, porque si te siguen apodando «el corcholata» porque te la pasas pegado a la botella, o si eres famoso por el mal trato de le das a tu cónyuge e hijos, o si eres famoso por los micro hurtos de artículos de oficina en las semanas previas al inicio de clases, o si al referirse a ti te llaman «la chismitos», o se te llaman «el mecha corta» por tu carácter irascible; por favor, por favor, por favor, no digas que eres cristiano, di que eres musulman o ateo, y así de verdad ayudarás más al extendimiento del Evangelio del Señor en el mundo.  

Buenos días