NUNCA PODRAS GANARLE A DIOS

Martes 2 de enero del 2024


NUNCA PODRAS GANARLE A DIOS

«Den y se les dará: se les echará en el regazo una medida llena, apretada, sacudida y desbordante. Porque con la medida con que midan a otros, se les medirá a ustedes».” Lucas 6:38


Cuando das de corazón por Jesús, pidiéndole al Espíritu Santo te guíe a quien darle, tu objetivo no es obtener una retribución por tus «magnánimo corazón». Pero la verdad, Dios te bendecirá, porque sí le place.

Nunca podrás dar más que Dios. Cuando aprendes a ser generoso, como Dios lo es, Él promete que al final, terminarás con más. Y esta es la incomprensible economía de Dios.

A veces parece que Dios te está diciendo: “Veamos quién puede dar más, tú o yo. Tú das a quien Yo te haga sentir e indique, y yo te daré a ti; y veamos quién gana”.


¡Y Dios siempre ganará! Él dice una y otra vez en las Escrituras que terminarás con más de cuando empezaste, si aprendes a ser generoso. A veces esas bendiciones serán materiales. Pero también, a veces serán las bendiciones espirituales que provienen de un corazón generoso.

Jesús dice: «Den y se les dará: se les echará en el regazo una medida llena, apretada, sacudida y desbordante. Porque con la medida con que midan a otros, se les medirá a ustedes».”  (Lucas 6:38).

¿Qué es lo que Jesús está diciendo aquí? Imagina que vas al mercado a comprar semillas. Llevas un costal vacío y pagas para que lo llenen por completo. Mientras el dueño de la tienda empieza a vaciar el grano en tu costal, tu vas presionando el grano para hacer más espacio libre. Luego, gentilmente sacudes el saco para que el grano se apriete aún más. Quieres colocar la máxima cantidad de grano en tu costal.


Jesús está diciendo que las bendiciones de Dios son iguales. Cuando das generosamente, Él te dará tan generosamente que tendrás que apretar y sacudir tu costal, para hacer más espacio, para que quepa más.

Él solo da medidas completas, y un poco más, cuando aprendes a ser tan generoso como Él. La forma en que das a los demás es la forma en que Dios te dará a ti. Quiere que tú seas generoso, porque quiere que seas como Él. No puedes llegar a ser más como Cristo sin aprender a dar generosamente.

Esta es una de las decisiones más importantes que tomarás: Si tu vida se centra en compartir aquello con lo que Dios te ha bendecido… Entonces tu vida estará marcada por el deseo de aferrarte a las promesas de Dios, y no a las cosas terrenales y perecederas.


«Como des, determinará cómo recibirás». Tú determinas tu bendición.

Y por último, quién te indica a tu mente y corazón, e incluso te puede poner cara a cara al desconocido al que quiere que le des, es el Espíritu Santo de Dios. Y muy comúnmente será alguien de quien no podrás recibir «reciprocidad alguna» por tu generosidad; para que tu dar, no sea motivado por una posible retribución. Y también el Señor nos pide ser sabios, pues no podemos regalar unos billetes al adicto que vive en la calle, pues de inmediato gastará ese regalo para seguir «high» festejando el año nuevo. Ni tampoco es sabio regalarle a tu líder, para que cambie su reloj de oro, o se vaya de vacaciones a Disney World.


MEDITA EN ESTO:

  • ¿Qué dicen tus donaciones acerca de tu fe y de las promesas de Dios?
  • ¿Cómo le has pedido a Dios que bendiga tu vida? ¿De qué manera le estás demostrando que quieres ser generoso como Él?