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“AMOR Y COMPASIÓN POR TU ADVERSARIO”
Septiembre 8 del 2023
Uno de los mensajes que más impactó de Jesucristo, fue el amor tan grande que tiene por sus antagonistas y adversarios.
“Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes”. Lucas 23:34
Pero en realidad, éste carácter de Jesucristo siempre ha sido el mismo. Lo vemos en las palabras proféticas contra Moab, enemigo acérrimo de Israel.
“Hemos oído la soberbia de Moab; muy grande es su soberbia, su arrogancia y su altivez; pero sus mentiras no serán firmes”. Isaías 16:6
Aún cuando Isaías lo profetizó y se cumplió la destrucción de Moab, no se alegró de esta disciplina, Isaías sufría junto con ellos.
“Por lo cual lamentaré con lloro de Jazer por la viña de Sibma; te regaré con mis lágrimas, oh Hesbón y Eleale; porque sobre tus cosechas y sobre tu siega caerá el grito de guerra”. Isaías 16:9
Como podemos ver, el Señor es justo, y también es un Dios de misericordia, y como Padre de naciones se duele al tener que reprender y corregir los pasos de su creación.
“Quitado es el gozo y la alegría del campo fértil; en las viñas no cantarán, ni se regocijarán; no pisará vino en los lagares el pisador; he hecho cesar el grito del lagarero”. Isaías 16:10
El sentimiento de pesar por el enemigo de Isaías y de Israel, llega a afectar tanto al profeta, que se aflige al ver cómo ya no habrá celebraciones porque ya no habrá “vino”, el proceso de su elaboración se vería afectado con la guerra y el exterminio del enemigo y ¿Cómo celebrar si no hay vino? Esta misma preocupación y sentimiento fue el que tuvo María, madre de Jesús, quien preocupada durante la celebración de unas bodas en Caná, le dice a Jesús que el vino se había acabado.
“Y faltando el vino, la madre de Jesús le dijo: No tienen vino”. Juan 2:3
Muchas veces entendemos a medias el siguiente versículo:
“Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza”. Romanos 12:20
Pensamos que el castigo para una persona que atenta contra un hijo de Dios es arder en ascuas de fuego. Pero las ascuas de fuego también sirven para alumbrar, y al estar sobre la cabeza, indica que la iluminación será esencialmente en la mente. El apóstol Pablo dice que las ascuas de fuego alumbraran la mente del enemigo, y se dará cuenta de su error al perseguir y maldecir a la Familia de Dios. Pablo lo dice por propia experiencia.
“Mas yendo por el camino, aconteció que al llegar cerca de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo; y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?”. Hechos 9:3 y 4
Porque si la intención de Dios para todo el mundo es que sean salvos y libres de su equivocada manera de vivir, y así, puedan vivir eternamente con Él en el Cielo, las ascuas de fuego sobre la cabeza de nuestros adversarios, son la fuente de luz que anulará su ceguera espiritual y podrán ver la luz del Espíritu Santo que habita en nosotros, convirtiéndose de nuestros peores enemigos, a compañeros en la Familia de Dios.
“Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado”. Colosenses 1:21
Pidamos a Dios por nuestros adversarios para que en un futuro próximo, juntos seamos parte de la Novia de nuestro Señor y Salvador.
Buenos días