HAZLES EL BIEN, A TUS ANTAGÓNICOS

Miércoles 31 de mayo del 2023

HAZLES EL BIEN, A TUS ANTAGÓNICOS

«¡Ama a tus enemigos! Haz el bien a los que te odian. Bendice a los que te maldicen. Ora por los que te lastimaron. Si alguien te abofetea en una mejilla, ofrécele también la otra mejilla. Si alguien te exige tu abrigo, ofrécele también tu camisa”. Lucas 6:27-29


Cuando eres perseguido, acosado o enfrentas oposición, debes responder con una bendición.

Jesús lo dice en Lucas 6:27-29, muy claramente y sin posibilidad de malinterpretación, qué: “¡Amad a vuestros enemigos! Haz el bien a los que te odian. Bendice a los que te maldicen. Ora por los que te lastimaron. Si alguien te abofetea en una mejilla, ofrécele también la otra mejilla. Si alguien te exige tu abrigo, ofrécele también tu camisa”.


Ufff, ¿pero quién hace eso? definitivamente no mucha gente, en realidad muy pocos. Pero ese tipo de respuesta es la que distingue a los cristianos nacidos de nuevo, porque no es natural, ni popular, ni mucho menos es fácil.


¡Se necesita mucho, muchísimo coraje y determinación para hacer esas cosas! Cualquiera puede tomar represalias, vengarse o decir algo malo de alguien. Pero se necesita mucho coraje para responder con una bendición.

Dios quiere que ames a tus enemigos, que hagas el bien a los que te odian, que bendigas a los que te maldicen, que ores por los que te hieren y que pongas la otra mejilla. ¿Es esto fácil? No, para nada. Pero es la forma de testimonio más poderosa en este mundo, y sólo puedes hacerlo si estás lleno, saturado del amor de Dios.


En la película «El Mayordomo de la Casa Blanca» (The Butler), con Forest Whitaker y Oprah Winfrey, basada en hechos reales, muestra cómo durante el Movimiento por los Derechos Civiles en los años 60s, en el tiempo de J. F. Kenedy y de Marti. L. King, lucharon contra el racismo en el Sur de la Unión Americana. Entrenaron a las personas para que no tomaran represalias cuando los golpearan, escupieran, maldijeran o empujaran, o cuando les arrojaran comida. Hay una escena intensamente poderosa, cuando toman una postura no violenta frente a la violenta oposición.


Al ver esta película (te recomiendo que la busques en NETFLIX), no puedes evitar que el «corazón se te apachurre». Y de seguro pensarás, «Quiero ser ese tipo de persona para Jesús. Quiero ser así de valiente. Quiero tener un corazón valiente que no ceda ante lo que está mal, sin importar lo que me arrojen. Y quiero responder con amor”.


Cuando te niegas a tomar represalias y vengarte, y en cambio decides responder con amor en tu trabajo o con alguien a quien no le agradas, Dios estará complacido. Y vas a ser bendecido.

Jesús dijo: “Dios bendice a los que son perseguidos por hacer el bien, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Dios los bendiga cuando las personas se burlen de ustedes y los persigan y mientan acerca de ustedes y digan toda clase de cosas malas contra ustedes porque son mis seguidores. ¡Sé feliz por eso! ¡Alégrate mucho! Porque te espera una gran recompensa en el cielo”(Mateo 5:10-12 NTV).


Jesús pagó un precio muy, muy, muy alto por ti. Y dice que hay un precio por seguirlo. Cuando eres cristiano, la popularidad en la Tierra no es una garantía, pero tu recompensa en el Cielo, sí que está garantizada.

PIENSA UN RATO EN ESTO:

  • ¿Cómo respondes a la idea de sufrir por Jesucristo? ¿Cómo afecta tu respuesta, a la forma en que manejas los insultos y la desaprobación?
  • ¿Por qué responder con amor y no con venganza, es la forma más poderosa de testimonio de Cristo en mi?
  • ¿Cómo has visto cambiar vidas al amar a los enemigos, orar por los que hieren a otros y poner la otra mejilla?

¿Dónde pasarás la eternidad?


La Biblia dice que sólo puedes llegar al Cielo confiando en Dios a través de su Hijo, Jesucristo. No puedes ganar o merecer por tu conducta, tu entrada al Cielo: “Por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe”( Efesios 2: 8-9).

Si estás listo para entregar tu vida a Jesús, comienza con esta oración:

“SEÑOR, me has prometido que si creo en tu Hijo, Jesucristo, todo lo que he hecho mal será perdonado, aprenderé el propósito de mi vida, y un día, me aceptarás en tu hogar eterno en el Cielo.


“Confieso que he pecado y te pido perdón. Creo que Jesús murió para borrar mis pecados, y que tú lo resucitaste. Quiero confiar en Jesús como mi Salvador y seguirlo como Señor desde este día en adelante. Guía mi vida y ayúdame a hacer tu voluntad. En el nombre de Jesús te lo pido… Amén».