“SUPERANDO EL MOTIVO DE DOLOR”

“SUPERANDO EL MOTIVO DE DOLOR”


Marzo 4 del 2023

Como abogado, a diario acuden a mí oficina por un consejo legal, sin embargo, una gran mayoría de esas consultas no tienen solución jurídica. Es decir, el problema es de relaciones personales y no legales.

“Conociendo, pues, el temor del Señor, persuadimos a los hombres; pero a Dios le es manifiesto lo que somos; y espero que también lo sea a vuestras conciencias”. 2 Corintios 5:11

Ayer un académico que buscaba eco en sus traumas personales acudió conmigo y expuso su problema, de pronto alguna palabra en la conversación, desató un remolino de pasiones negativas, de inmediato su irá se desbordó atacándome como si yo fuera su agresor, tal vez no fue una palabra, sino una actitud. Era obvio que no era a mí a quien quería deshacer con sus manos, sino más bien, quería ir en contra de la persona que la agravio.

“No nos recomendamos, pues, otra vez a vosotros, sino os damos ocasión de gloriaros por nosotros, para que tengáis con qué responder a los que se glorían en las apariencias y no en el corazón”.
2 Corintios 5:12

Y es que tal vez el agresor original de este pobre maestro, no fue tampoco su compañero de trabajo, lo más probable es que tenga que superar traumas infantiles que aún torturan su mente.

“Porque si estamos locos, es para Dios; y si somos cuerdos, es para vosotros”. 2 Corintios 5:13

De modo que no tuve más opción que escuchar al académico con atención y confirmar que su problema tiene raíces muy difíciles de superar, más si no está consciente del origen real de su molestia, no será posible ayudarlo, y bueno, levanté mi reporte, despedí al desesperado maestro  y oré unos minutos por él en silencio. Yo pude continuar mi trabajo, pero reflexioné en mis amigos cristianos. Cuánta sabiduría debe tener un ministro para advertir antes de brindar consejería a los que se acercan para recibirla, para reconocer un trauma añejo. Que el Señor nos ayude para poder identificar y no ser prontos a castigar y emitir juicios sobre los aconsejados. Por esa razón, Jesús recomendó a Nicodemo:


“Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios”.
Juan 3:3

Así es, hay traumas y lesiones en nuestra alma, cuerpo y espíritu que no pueden “enderezarse”; es necesario “nacer de nuevo”, para que lo horrible que hayamos vivido sea superado, el divorcio, la orfandad, el abuso físico y emocional, una mala crianza, y el horror de una adolescencia de terror con un padre loco de ira, y aún entre cónyuges, sólo pueden superarse con un “renacimiento”.
Es así y solo así que muchos problemas de conducta, de interrelación entre compañeros y semejantes se pueden superar, porque:

“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”. 2 Corintios 5:17

Los que hemos nacido de nuevo, entendamos esto. por lo qué, seamos pacientes con los que faltan de “renacer, o nacer de nuevo»


Buenos días

J. L. R.