“EL NIÑO DEL MILAGRO”

“EL NIÑO DEL MILAGRO”


Diciembre 9 del 2021

Rudyard Kippling, fue un gran escritor conocido por sus cuentos para niños. El cómo cualquiera, tuvo una familia. Esposa y tres hijas, a las cuales les dedicaba mucho de su tiempo.

“Después que partieron ellos, he aquí un ángel del Señor apareció en sueños a José y dijo: Levántate y toma al niño y a su madre, y huye a Egipto, y permanece allá hasta que yo te diga; porque acontecerá que Herodes buscará al niño para matarlo”. Mateo 2:13

Sin embargo, cuando nació su hijo menor, su alegría fue mayor y lo educó bajo el temor del Señor en un ambiente de integridad.

“Y él, despertando, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto”. Mateo 2:14

John Kippling, aprendió muy bien de su papá el “cumplimiento del deber” y cuando desafortunadamente, inició la primera guerra mundial, el gobierno británico llamó a todos los jóvenes para que se enlistaran en el ejército. Rudyard, su padre, se conmovió mucho, pero, como José, obedeció al Señor. Jamás imaginó que la despedida desde el buque de guerra, fuera la última vez que se vieran.


“y estuvo allá hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliese lo que dijo el Señor por medio del profeta, cuando dijo: De Egipto llamé a mi Hijo”. Mateo 2:15

Al término de la guerra Rudyard Kippling, se dedicó a buscar a su hijo, pero, nunca lo halló. La misma reina, al ver a uno de sus compatriotas tan triste, quiso consolarlo junto con todos aquellos que habían perdido a un familiar en la guerra. Kippling, sugirió que al monumento que ordenó la reina construir en memoria de los soldados caídos, se le pusiera el nombre de: “Conocidos sólo por Dios”.

“Pero después de muerto Herodes, he aquí un ángel del Señor apareció en sueños a José en Egipto”. Mateo 2:19

Al paso del tiempo, un soldado francés, sobreviviente de la guerra, busco a Kippling para contarle que gracias a un ejemplar de uno de sus libros, había sobrevivido, pues la bala destinada a su cuerpo, no alcanzó a atravesar el libro, impidiendo llegar a su corazón.


“diciendo: Levántate, toma al niño y a su madre, y vete a tierra de Israel, porque han muerto los que procuraban la muerte del niño”. Mateo 2:20

Después de escuchar tan tremendo testimonio, Rudyard, continúo su amistad con el soldado y al paso del tiempo aquel sobreviviente, una vez más le llamó para compartirle el futuro nacimiento de su hijo. Kippling se alegró con su amigo francés y cuando nació vieron que era un varoncito.

“Entonces él se levantó, y tomó al niño y a su madre, y vino a tierra de Israel”. Mateo 2:21

La felicidad de ambos padres no terminó ahí, el sobreviviente francés le preguntó a Kippling, si podía ponerle a su hijo “Jhon”, como el hijo más pequeño de Kippling. Por supuesto que el afamado escritor accedió con bastante agrado y la amistad de ambos se fortaleció aún más. Kipling, permaneció muy atento del desarrollo de John, como si fuera su hijo que perdió en la guerra.

Hoy el Señor, también nos anima a recibir a un niño. A Jesús, Hijo de Dios, para que sea nuestro Salvador, libertador y sustentador. Porque si un hijo nos puede dar tanta alegría, ahora imaginé toda la bendición de recibir al Hijo de Dios. Por eso el profeta nos anunció:

“Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz”. Isaías 9:6


Buenos días

J. L. R.