EN LUGAR DE QUEJARTE, AGRADECE

Viernes 17 de junio del 2022

EN LUGAR DE QUEJARTE, AGRADECE

“Dad gracias en todas las circunstancias; porque esta es la voluntad de Dios para vosotros en Cristo Jesús.” 1 Tesalonicenses 5:18 (NVI)


Inquietarte y pelear por las cosas pequeñas siempre te hará perder la felicidad.

Este es un hábito difícil de romper, porque las personas son negativas por naturaleza y están condicionadas por la moral y cultura de la época. Desde Adán y Eva hemos andado excusándonos y acusando. Nos disculpamos por los errores que cometemos y también acusamos a todos los demás por nuestros propios errores.

Decimos: “Si tuviera un cónyuge diferente, entonces sería feliz. Si nunca me hubiera casado, entonces sería feliz. Si solo tuviera hijos, entonces sería feliz. Si mis hijos se fueran de casa, entonces sería feliz”.

Eso es pensar en “el cuándo y el entonces”. ¡Pero eres tan feliz como eliges serlo hoy! No puedes culpar a nadie más por tu infelicidad porque la felicidad es una elección. Hay que dejar de excusar y acusar; tienes que dejar de preocuparte y pelear por las cosas pequeñas y sin trascendencia.

La Biblia dice: “Haced todo sin murmuraciones ni discusiones, para que seáis irreprensibles y puros”(Filipenses 2:14-15).


Estos pueden ser algunos de los versículos más difíciles de cumplir de la Biblia. Pero el versículo más aterrador de la Biblia para mí es Mateo 12:36, donde Jesús dice: “Y les digo que en el Día del Juicio la gente será responsable por cada cosa descuidada que hayan dicho”.

Eso debería de darte escalofríos por todo el cuerpo. ¿Cuántas veces te has quejado, refunfuñado o discutido sobre algo, cuando no deberías haberte preocupado por las cosas pequeñas? La primera ley de la vida es esta: No te preocupes por las cosas pequeñas. La ley número dos es esta: ¡Casi todas las cosas son pequeñas!

Estudio tras estudio ha demostrado que la gratitud es la actitud más saludable para el ser humano.La Biblia dice en 1 Tesalonicenses 5:18, “Dad gracias en todo; porque esta es la voluntad de Dios para vosotros en Cristo Jesús”.

Y fíjate que NO dice “por todo”, porque hay tantas cosas malas en el mundo, con las que no estamos de acuerdo, como la guerra, el cáncer, los abusos a indefensos, desde los nonatos hasta los ancianos, etc. Muy claramente dice en todo”, esto es; en lo bueno, lo malo y lo feo que te suceda.


¿Por qué tienes que estar agradecido? Recuerda, no importa por lo que estés pasando, Dios siempre está contigo, Dios siempre está en ti y Dios siempre está por ti.


Y eso es el motivo de tu gratitud, entonces;

¡NO TE QUEJES!!!


REFLEXIONA ACERCA DE ESTO:

  • ¿Crees que tendrás que dar cuenta a Dios por las cosas “pequeñas” de las que te has estado quejado?
  • Según 1 Tesalonicenses 5:18, ¿Cuál es la voluntad de Dios para tu vida?
  • ¿Cuáles son algunas formas prácticas en las que puedes practicar la gratitud a lo largo del día?


¿Estás listo para unirte a la familia de Dios?

Dios te creó para amarte, y uno de los lugares donde más claramente lo ves, es en la cruz. A través de la muerte y resurrección de Jesús, Dios hizo posible que tu seas parte de su familia por toda la eternidad. No importa lo que hayas hecho o dónde hayas estado, tienes un lugar en la familia eterna de Dios, listo y esperándote. La invitación está abierta. Solo cree y recibe.

¿Estás listo? Aquí hay una oración con la que puedes comenzar:


“Señor, sé que cuando muera, te rendiré cuentas de mi vida. Sé que he pecado contra ti y he vivido según mi plan, no el tuyo. Quiero que eso cambie, comenzando ahora mismo. Quiero alejarme de mis pecados y volverme hacia ti.

“Gracias por enviar a Jesús a morir por todo lo que he hecho mal para no tener que pagar la sentencia de muerte eterna. Sé que no merezco tu perdón. Sé que solo tu gracia puede salvarme, Señor. Nunca podría ser lo suficientemente bueno para entrar en un lugar perfecto, como donde habitas.

“Jesús, gracias por amarme tanto que tomaste toda mi culpa sobre ti. Tú me hiciste aceptable para el Cielo, y te pido humildemente que me salves. Creo en ti, Jesús, y creo que cumplirás tu promesa de salvarme y hacer tu buena obra en mí mientras trato de seguirte y servirte toda mi vida. En el nombre de Jesús … Amén.»