“TAN DULCE COMO LA MIEL”

“TAN DULCE COMO LA MIEL”

Junio 16 del 2022


Casi siempre, se asocia la miel producida por las abejas, como algo dulce y bueno. Puede ser incluso usado para remedio en algunas enfermedades. Pero, el Señor creó a las abejas con varios propósitos y ellas no son las únicas que producen miel.


“Enviaré delante de ti la avispa, que eche fuera al heveo, al cananeo y al heteo, de delante de ti”. Éxodo 23:28


Las abejas como las avispas producen miel, pero, solo la especie de la llamada “abeja europea” es susceptible de domesticar y producir miel dulce, buena, hasta como medicina.

“¿Hallaste miel? Come lo que te basta, No sea que hastiado de ella la vomites”. Proverbios 25:16


Es por ello que las Escrituras, nos advierten cuando de forma silvestre encontramos “miel”, según acabamos de leer, pues no podemos saber si es miel producida por una abeja, una avispa, o aún más por otra especie de abeja, como la llamada “africana”, muy conocida entre apicultores, por su agresividad.


Parece ser que este conocimiento y advertencia del proverbio, fue conocido aún por pueblos como el romano, de quién se cuenta que en la batalla entre el emperador Numa Pompeyo y los rebeldes encabezados por el rey Mitriates, fueron vencidos con una trampa de miel, al confundir tan dulce producto que comieron, con miel de abeja, y fueron intoxicados y vencidos al quedar mermados de su fuerza. Puede decirse que es el antecedente de una “guerra bacteriológica”.

“Comer mucha miel no es bueno, Ni el buscar la propia gloria es gloria”. Proverbios 25:27


Es por ello que ante el consejo del Señor, debemos tomar en cuenta que aún la miel empalaga de tan dulce y sobre todo de investigar su origen. La miel, como en la vida hay cosas que nos parecen buenas y nos “estancamos” en una zona cómoda para ya no movernos de tan bien que nos sentimos. Pero, Dios quiere que gocemos de todas las circunstancias.


“Y me dijo: Hijo de hombre, alimenta tu vientre, y llena tus entrañas de este rollo que yo te doy. Y lo comí, y fue en mi boca dulce como miel”. Ezequiel 3:3


Como podemos ver, el Señor compara su Palabra con la miel, pero, la pura y verdadera. Sin embargo, hay otros escritos que hasta algunos creyentes, les dan el valor espiritual del canon bíblico. Los libros apócrifos serían un ejemplo, los cuales a pesar de revelar datos históricos interesantes, no son de utilidad espiritual, y por esto, no se consideran inspirados por el Espíritu Santo.


Podríamos decir que esa es “miel de avispa y no de abeja”. Por ello el Señor advierte que seamos sabios, pues solo en su Palabra podemos encontrar la dulzura del carácter de Dios.


“Les sustentaría Dios con lo mejor del trigo, Y con miel de la peña les saciaría”. Salmo 81:16


El Señor ciertamente nos da miel mediante su Espíritu Santo, para discernir sobre la miel que podemos comer, por ello cuando espiritualmente nos alimentamos, curamos y prevenimos con miel buena y verdadera, podemos decir cómo David:


“¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca”. Salmo 119:103


Desayunemos con la miel de su Palabra, que el Señor nos da para que nos vaya bien.


Buenos días


J. L. R.