“LA CORONA DE GLORIA”

“LA CORONA DE GLORIA”

Junio 2 del 2022


Imagínese que usted tiene que encargar a su esposa con su amigo más cercano. Por trabajo o por alguna necesidad extrema tiene que tomar esa determinación. ¿Qué esperaría de ese amigo fiel?


“Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado; sino siendo ejemplos de la grey y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria”. 1 Pedro 5:2-4


Como acabamos de leer esta corona es dada como premio a los que alimentan el rebaño de Dios. Para todo aquel amigo íntimo y fiel al que el Señor dejó encargada a su novia, que es la iglesia. No es una corona especial reservada solamente para ministros, sino una que todo cristiano puede ganar. Tiene que ver con el cuidado de los Hijos de Dios, de la iglesia que es la prometida de Cristo, ayudándolos a crecer para que puedan servir en la edificación del Reino de Dios, en otras palabras, discipulando a otros. Jesús dijo:


“Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén”. Mateo 28:19-20


Este último mandamiento de Jesucristo debería ser el primero para nosotros. Se nos hace responsables del discipulado de las naciones. Justo como el ejemplo del principio, Jesús es nuestro mejor amigo y quién mejor que un amigo fiel para encomendar a su prometida mientras el Príncipe de los pastores regresa por ella.


Jesús no solo nos manda SER sus discípulos sino HACER discípulos. ¿Dónde están tus discípulos? ¿Cómo estamos cuidando de la novia de Cristo?


Recordemos que el evangelismo, no se limita a dar el plan de salvación. Evangelizar implica además, preocuparse por el crecimiento espiritual de los nuevos convertidos. Recordemos la actitud de los apóstoles en la iglesia primitiva:


“Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos”. Hechos 2:46 y 47


Es decir, debemos hacer discípulos que sigan a Jesús, en todas sus enseñanzas. El mismo Señor, nos dio muestra de cómo enseñaba de doce a veinticuatro horas al día, discípulo a setenta y dio de comer a más de cinco mil.


Luego si queremos obtener no solo la corona de gloria, sino una comunidad de fe sana, limpia y victoriosa, apacentemos la grey de Dios con ánimo pronto.


Buenos días


J. L. R.