CON EL SEÑOR, TIENES ESPERANZA Y UN BUEN FUTURO

Lunes 18 de abril del 2022

CON EL SEÑOR, TIENES ESPERANZA Y UN BUEN FUTURO

“Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza.” Jeremías 29:11 (NVI)


Desde antes de que nacieras, Dios tuvo un sueño, un plan para tu vida. Pero muy a menudo en la vida nos enfocamos en nuestros propios sueños, en lugar de lo que Dios ha planeado para nosotros. Creemos saber más que Dios, acerca de lo que nos hará sentirnos felices y satisfechos.
Efesios 2:10 dice: “Somos creación de Dios, creados en Cristo Jesús para hacer las buenas obras que Dios de antemano ya había planeado.” (NBV).

Necesitas el sueño de Dios para tu vida, más que tu propio sueño para tu vida. ¿Por qué? Porque Dios te conoce mucho mejor de lo que tú te conoces a ti mismo. Y Él sabe cómo su sueño para tu vida encaja en el plan más grande que tiene para el mundo. No puedes saberlo todo, y no puedes tener la perspectiva correcta todo el tiempo, pero Dios sí.

El sueño de Dios para tu vida consiste en que alcances las metas y los planes para los que te creó, y su sueño es mucho más importante que tus propios sueños.


Dios no ha prometido bendecir todo lo que pienses o se te ocurra. Si lo dejas a la suerte o a la casualidad, probablemente no elegirías una vida “llena de buenas obras” como tu sueño.

Probablemente estarías más cerca de mi sueño de la infancia: ¡convertirme en un próspero y famoso empresario! Afortunadamente, ese no era el sueño de Dios para mí, y tenía algo mucho mejor guardado.

“Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza. (Jeremías 29:11 NVI).

Es posible que hayas tenido algunos sueños que no fueron la elección correcta, o que los saboteaste con tus equivocaciones. Tal vez pensaste que te ibas a casar con cierta persona.

Pero ahora, mirando hacia atrás, te das cuenta de que hubiera sido un desastre. Tal vez tuviste que dejar ir un sueño y pensaste que iba a ser tu final.

Pero ahora, mirando hacia atrás, ves que realmente fue solo el comienzo del mejor sueño de Dios para ti.


Cuando tengas que elegir entre tu sueño y el sueño que sabes que Dios te ha dado, elige siempre el plan de Dios. El sueño de Dios para tu vida siempre es bueno. Nunca te hará daño. ¡Y te dará una gran esperanza y un futuro maravilloso!

REFLEXIONA EN ESTO:

  • Piense en un momento en que un sueño que tenías para tu vida resultó ser el plan equivocado. ¿Qué te enseñó acerca de depender de Dios?
  • ¿Cuáles son algunos sueños que crees que Dios tiene para tu vida? ¿Cómo te ha revelado esos sueños?
  • ¿Qué significa entregar tus sueños a Dios?

Si no has confiado en Jesús, ¿por qué esperar más?

Haz esta sencilla oración:


«Amado SEÑOR, sé que soy pecador y te pido perdón. Creo que Jesucristo es tu Hijo. Creo que murió por mi pecado y que lo resucitaste al tercer día. Quiero confiar en Él como mi Salvador y seguirlo como mi Señor, desde este día en adelante. Guía mi vida y ayúdame a hacer tu voluntad. En el nombre de Cristo Jesús te lo pido… Amén.”