“UNA VIDA POR OTRAS”

“UNA VIDA POR OTRAS”

Febrero 8 del 2022

Tal vez el nombre de Ana Lilia Gutiérrez Ledesma, no le recuerde nada en estos últimos años, pero, el 29 de enero del 2015, fue un día que cambió su vida por salvar a dieciocho bebés del hospital materno infantil que explotó en Cuajimalpa, en la Ciudad de México.

“¿Quién ha creído a nuestro anuncio? ¿y sobre quién se ha manifestado el brazo de Jehová”. Isaías 53:1

El día de los hechos, Ana Lilia como de costumbre y fiel a su vocación de ayuda al prójimo, realizaba su rondín de vigilancia en la zona de cuneros de los recién nacidos. Siempre anteponiendo el hacer bien al prójimo, era blanco de críticas, porque no descansaba de ayudar a quien lo necesitará. Por eso había estudiado enfermería.

“Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos”. Isaías 53:3

De repente esa mañana fatídica, el silencio de la fría madrugada fue interrumpido por voces de alarma, que advertían de una fuga de gas. Los encargados de despachar el combustible del camión repartidor, habían conectado mal una manguera y el ruido y olor era muy intenso

“Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido”. Isaías 53:4

De inmediato todos corrieron para evacuar el hospital y ponerse a salvo. Sólo Ana Lilia, tomó en sus brazos de dos en dos a los bebés de los cuneros y se le veía entrar y salir a pesar de la explosión inminente. Sacó a los bebés que pudo, hasta que fue sorprendida con dos niños en brazos por la tremenda explosión.

“Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados”. Isaías 53:5

Después entre escombros encontraron a los bebés, sanos y salvos, en brazos de Ana Lilia. Ella ya no tenía signos vitales. Con su cuerpo protegió a los bebés con éxito.

Este es un buen ejemplo de lo que el “amor” puede hacer. Si esto fue capaz de hacer esta enfermera heroica, imagínese lo que el Señor Jesús, ha hecho por nosotros. Claramente como acabamos de leer en estos versículos de la Escritura, por las heridas y vida de Cristo Jesús, hemos sido sanados y salvados del pecado y de la muerte.

“Con sus plumas te cubrirá, Y debajo de sus alas estarás seguro; Escudo y adarga es su verdad”. Salmo 91:4

Ahora que el ejemplo de Ana Lilia y de muchas enfermeras nos recuerda lo que ha hecho el Señor con sus hijos, debemos de recordar también que estamos en manos de Dios

“Caerán a tu lado mil, Y diez mil a tu diestra; Mas a ti no llegará”. Salmo 91:17

Debemos confiar en la promesa del Señor que tanto los virus, las bacterias, toda enfermedad y problema que venga, económico o familiar, el Señor nos protege y cubre para que pasemos. Por eso Cristo dio su vida para que todo aquel que en Él cree no se perdiera. Por su llaga fuimos sanados y salvados

“Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”. Romanos 5:8

Ana Lilia, salvó a dieciocho bebés. El Señor Jesús, salvó al mundo entero.

Buenos días

J. L. R.