“MEDICINA PARA EL ALMA Y CUERPO”

“MEDICINA PARA EL ALMA Y CUERPO”

Febrero 5 del 2021

Cada vez están más cercanas las noticias de gente enferma por esta pandemia, y de amigos y familiares que han perecido. El cansancio por estar en la batalla nos agobia y hace que bajemos la guardia. Bajo estas circunstancias, el Señor nos dice:

“Por lo cual, levantad las manos caídas y las rodillas paralizadas”. Hebreos 12:12

El Señor nos sostiene y renueva nuestras fuerzas, para que no quedemos postrados por siempre y recomienda:

“y haced sendas derechas para vuestros pies, para que lo cojo no se salga del camino, sino que sea sanado”. Hebreos 12:13

Cierto, nuestras heridas provocadas por este virus, no pasan desapercibidas para Jesucristo, nos anima a redoblar esfuerzos en la higiene extrema, en el cuidado entre nosotros, pues a veces por temor al rechazo, o por cuestiones económicas, callamos y no confesamos un posible contagio o relación de riesgo que hayamos tenido. Cómo consecuencia, el virus llega a casa.

“Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor”. 
Hebreos 12:14

Recordemos que la carta a los Hebreos, es un puente entre el Evangelio de Cristo y el Antiguo Testamento, dónde había capítulos específicos sobre la limpieza, santidad e higiene. Luego, para poder estar en paz con todos, en este tiempo también, debemos de mantener la limpieza del cuerpo y del alma.

“Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados”. Hebreos 12:15

De manera que, si por alguna razón, tenemos sospechas de haber contraído el virus, no dudemos en pedir ayuda, en oración, pero, principalmente a las autoridades médicas y sanitarias de su país. Debemos aislarnos por amor a nuestros hijos, esposa, familia y en general todos nuestros semejantes.

No cometa el error que menciona el versículo anterior, amargandose porque el virus lo infectó y derivado de ello, muchos también se contaminen, no solo en el alma, sino también en el cuerpo, pudiendo culminar con la muerte de uno o varios de nuestros cercanos. Redoblemos esfuerzos y demostremos más que nunca nuestro amor cristiano

“no sea que haya algún fornicario, o profano, como Esaú, que por una sola comida vendió su primogenitura”. Hebreos 12:16

Esaú era el primogénito, pero se confió y “bajo la guardia” pensando que nadie podría quitarle su derecho por haber nacido primero que Jacob su hermano. Así compara el autor de “Hebreos”, el bajar la guardia frente a este virus, frente a la santidad, higiene y limpieza, pues si bien el Señor nos promete salud, es nuestro deber, obedecer y guardarnos para cuidarnos entre todos. El no hacerlo, es tentar a Dios (tratar de forzar a Dios a hacer algo).

“Porque ya sabéis que aun después, deseando heredar la bendición, fue desechado, y no hubo oportunidad para el arrepentimiento, aunque la procuró con lágrimas”. Hebreos 12:17

Por lo tanto, no desesperemos. Descanse un poco y desahóguese, pero después, deje que el Señor guíe su camino, para que en su «debilidad» el Señor se manifieste portentosamente.  

Buenos días.
J. L. R.