“VOLANDO SIN ALAS”

“VOLANDO SIN ALAS”

Febrero 4 del 2021

Arturo Islas Allende, es un joven que influye en los lectores del ciberespacio, debido a su pasión por el cuidado de la naturaleza y sobre todo tipo de animales, hace un mes poco más o menos, público un vídeo muy interesante, que trata del rescate de un gavilán de cola roja, cuyas alas, se vieron lesionadas, por un disparo de arma de fuego. 
Arturo, estaba en el campo cuando a unos pasos del sendero, vio como el ave, se debatía en el piso, sin poder hacer nada con las alas rotas. Parece que Arturo Islas es conocedor, porque de inmediato, se dio cuenta de que el pobre gavilán de cola roja, no podría sobrevivir sin poder volar, por lo que trató de rescatar al ave, curando sus alas y dándole de comer. Sin embargo, a pesar de todos los cuidados, jamás volverá a poder volar por sí misma.

“Consolaos, consolaos, pueblo mío, dice vuestro Dios”. Isaías 40:1

¿Qué hacer? Arturo se puso muy triste y más cuando veía brincar al ave, con su vista al cielo, queriendo emprender el vuelo hasta el cielo, dónde estaba acostumbrada a vigilar su territorio. Sabía, que “volar” era la vida del gavilán. Poco tiempo después, se le ocurrió una idea muy rara, pero, que pensó serviría para que, el cola roja, pudiera experimentar una vez más la sensación de libertad cuando volaba. Alquiló un parapente y despegó en una barranca con el ave en su pecho y el ala delta impulsado por un motor.

“Voz que decía: Da voces. Y yo respondí: ¿Qué tengo que decir a voces? Que toda carne es hierba, y toda su gloria como flor del campo”. Isaías 40:6

Y así tanto Arturo, como el gavilán de cola roja volaron por espacio de dos horas. Mientras volaban el ave, obedecía a su instinto de abrir sus alas, erguir el cuello y agudizar su vista hacia el horizonte. Mientras, Arturo ayudaba a extender las alas lastimadas del cola roja.

“Súbete sobre un monte alto, anunciadora de Sion; levanta fuertemente tu voz, anunciadora de Jerusalén; levántala, no temas; di a las ciudades de Judá: ¡Ved aquí al Dios vuestro!”. Isaías 40:9

Al finalizar el vuelo, solo se escuchaban los gritos de Arturo de celebración. ¡Voló! ¡Voló! ¡Voló! Creo que a muchos, nos ha sucedido como a este gavilán de cola roja. Estábamos acostumbrados a ir de aquí para allá, viajábamos, trabajábamos, hacíamos negocios, estudiábamos, como si voláramos y de repente, llegó un virus y nos “corto las alas”. Hoy el Señor nos dice:

“He aquí que Jehová el Señor vendrá con poder, y su brazo señoreará; he aquí que su recompensa viene con él, y su paga delante de su rostro”. Isaías 40:10

Si un gavilán, pudo volver a volar, sin poder pedir ayuda porque un buen hombre se compadeció del ave, ¿Cuánto más nosotros, a quienes el Señor Jesucristo, ve con ojos de amor?

“Como pastor apacentará su rebaño; en su brazo llevará los corderos, y en su seno los llevará; pastoreará suavemente a las recién paridas”. Isaías 40:11

El cola roja, depende de Arturo para volar. Y para nosotros, no importa que dependamos de Dios, para volver a nuestra vida:

“pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán”. Isaías 40:31

Buenos días

J. L. R.