DANDO HASTA QUE NO AGUANTE EL GOZO

Jueves 3 de Diciembre del 2020

DANDO HASTA QUE NO AGUANTE EL GOZO

“No digo esto para que me den más ayuda económica, sino que trato de aumentar el crédito en su cuenta. He recibido todo lo que necesito y hasta más. Epafrodito me dio lo que me enviaron y ahora tengo de sobra. Su ayuda es una ofrenda de olor grato, un sacrificio que Dios acepta con agrado. Por eso, mi Dios les dará todo lo que necesiten, conforme a las gloriosas riquezas que tiene en Cristo Jesús”       Filipenses 4:17-19 (NBV)


Dios promete en la Biblia que si aprende a dar como Él lo hace, Él satisfará todas tus necesidades.

Suena demasiado bueno para ser verdad, ¿o no? Quizás sí. Pero si la Biblia lo dice, ¡entonces puedes creerlo! Dios dice que si lo pones a Él primero en la planeación y distribución de tus gastos mensuales, y aprendes a ser generoso, muy generoso y de corazón abierto, entonces Él satisfará todas tus necesidades.


Pablo dice en Filipenses 4:17 y 19: “No digo esto esperando que me envíen una ofrenda. Más bien, quiero que ustedes reciban una recompensa por su bondad. Por el momento, tengo todo lo que necesito, ¡y aún más! Estoy bien abastecido con las ofrendas que ustedes me enviaron por medio de Epafrodito. Son un sacrificio de olor fragante aceptable y agradable a Dios. Y este mismo Dios quien me cuida suplirá todo lo que necesiten, de las gloriosas riquezas que nos ha dado por medio de Cristo Jesús.» (NVI).

Dios promete satisfacer todas, todas, todas tus necesidades, no todos tus antojos y caprichos. Por supuesto, hay una diferencia en lo que realmente necesitas y en lo que a veces crees que necesitas. Afortunadamente, Dios conoce la diferencia. Él te ama y quiere asegurarse de que no te falte nada, emocional, física, espiritual y mentalmente. Pero también quiere asegurarse de que aprendas a ser como Él, y eso es, ser generoso.


La Biblia dice en 2 Corintios 9: 7, “Que cada uno dé como propuso en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al que da con alegría.” (NBLA).

Nadie debería decirte qué o cuánto debes dar. Tu medida de generosidad, es solo asunto tuyo, es tu decisión. Dios ama cuando das porque quieres, porque así lo deseas y anhelas, por amor a Él y por el deseo de ser como Él.

La gente suele decir: «Da hasta que te duela». ¡Pero no! De verdad el dar no es un sacrificio doloroso, pues el Señor no quiere que sientas que le «haces un favor sufriendo al dar» ¡Da hasta que te sientas bien! Da hasta que te sientas gozoso. No des a regañadientes. No cedas a la presión de nadie, por muy líder que sea quien te presione. La verdad absoluta, es que Dios ama al que da con alegría.

Esta fue la premisa. Ahora, aquí está la promesa: “Y Dios puede hacer que toda gracia abunde para ustedes, de manera que siempre, en toda circunstancia, tengan todo lo necesario, y toda buena obra abunde en ustedes.”  (2 Corintios 9:8 NVI).


Dios no se permite ningún porcentaje de incumplimiento para esta promesa. ¡No tiene por qué hacerlo! Él es capaz de brindarte todo lo que necesitas y más. Él está esperando verte dar con alegría, con amplia generosidad y de manera espontánea, desde el fondo de tu corazón.

Medita en esto:

  • ¿Como puedes ser generoso con tus ofrendas?
  • Describe algo de la alegría que has experimentado al dar generosamente. ¿Por qué crees que trajo alegría?
  • ¿Qué necesitas que Dios te provea? ¿Cómo puedes regalar más de eso para que Dios te lo multiplique?