“SEMILLA SIN CRECER”


“SEMILLA SIN CRECER”


Noviembre 27 del 2020

Dios cómo Señor de la multiplicación, aborrece, cuando, no “fructificamos y nos multiplicamos”. Ese fue su primer mandamiento (Génesis 1:28).

“Después Judá tomó mujer para su primogénito Er, la cual se llamaba Tamar”. Génesis 38:6

Judá uno de los doce hijos de Jacob, escogió una mujer cananea y su primogénito fue “Er”. Pero, fue educado mal:

“Y Er, el primogénito de Judá, fue malo ante los ojos de Jehová, y le quitó Jehová la vida”. Génesis 38:7

La tradición del Antiguo Testamento, era que cuando el primogénito, moría sin haber tenido hijos, el hermano que seguía en orden de nacimiento, tenía que casarse, con la esposa del fallecido y tener hijos con la mujer de su hermano.

“Entonces Judá dijo a Onán: Llégate a la mujer de tu hermano, y despósate con ella, y levanta descendencia a tu hermano”. Génesis 38:8

Claro, los hijos que tuvieran, no serían considerados del menor sino del primogénito.

“Y sabiendo Onán que la descendencia no había de ser suya, sucedía que cuando se llegaba a la mujer de su hermano, vertía en tierra, por no dar descendencia a su hermano”. Génesis 38:9

Está actitud de Onan, no agrado al Señor, no tanto por los hijos que pudieren tener. No agrado a Dios, debido a que con su actitud, Onan, menospreciaba la vida que es uno de los más bellos milagros que día con día, el Señor nos sigue regalando y maravillando.

“Y desagradó en ojos de Jehová lo que hacía, y a él también le quitó la vida”. Génesis 38:10

Y es que si nosotros pudiéramos entender cuántas maravillas hace el Señor, para darnos vida. Simplemente el hecho de que cada uno estemos viviendo en este mundo es un milagro. Mire:

De más de un millón de espermatozoides solo uno, llegó a fecundar el óvulo femenino, y después a nivel celular se contiene ADN (ácido desoxirribonucleico). Mediante el cuál se heredan características físicas, emocionales y hasta espirituales. Pero, simplemente, “si no queremos la vida, entonces, no debemos gozar de ella”.

Esta pandemia parece ser el resultado lógico, de nuestros actos contrarios a los principios del Señor, pues al igual que Onan, menospreciamos el regalo de la vida que Dios nos da en Jesús. Luego, simplemente la vida se va. Nuestra sociedad, por generaciones ha cometido este error. Lo que padecemos con este virus, no es más que la respuesta a nuestra actitud, pues se puede menospreciar la vida en muchas formas: interrumpiendo en algún punto, el proceso de fecundación como Onan, determinando el tiempo de morir de una persona o simplemente, no dando el fruto que el Señor pide de nosotros. Por ello como creyentes en Cristo, debemos defender la vida porque Cristo pagó el  precio muy caro por la nuestra.

“Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados”. Efesios 2:1

Buenos días

J. L. R.