“FE SELECTIVA”

“FE SELECTIVA”

Noviembre 22 del 2020

Cierto joven que vestía mezclilla y ropa con estoperoles, con el pelo largo, me preguntó si podía asistir conmigo a la reunión de mi iglesia. Sin pensarlo mucho, le respondí que sí, por supuesto me daba gusto que viniera conmigo a la iglesia. Sin embargo, el insistió: -Pero, ¿No importa que vaya así, con pelo largo, vestido de mezclilla?

“Hermanos míos, que vuestra fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo sea sin acepción de personas”. Santiago 2:1

Su pregunta insistente me hizo reflexionar y le respondí: -Pues si. Yo no le veo nada de malo. Tu puedes ir como te sientas a gusto. Y bromeé un poco: -Eso si, date un buen baño, jajaja. El respondió: -¡Claro que si! Te pregunto porque ya un día me expulsaron de una iglesia, porque decían que daba mala imagen

“Porque si en vuestra congregación entra un hombre con anillo de oro y con ropa espléndida, y también entra un pobre con vestido andrajoso, y miráis con agrado al que trae la ropa espléndida y le decís: Siéntate tú aquí en buen lugar; y decís al pobre: Estate tú allí en pie, o siéntate aquí bajo mi estrado. ¿no hacéis distinciones entre vosotros mismos, y venís a ser jueces con malos pensamientos?» Santiago 2:2 a 4

Cuando ví la preocupación genuina en el rostro de este joven, le dije: -Mira si te dicen algo en mi iglesia. Yo me salgo contigo. El se sorprendió, pero, yo dije lo que dije, porque sabía que un cristiano de verdad no hace distinciones.

“Entonces Pedro, abriendo la boca, dijo: En verdad comprendo que Dios no hace acepción de personas”. Hechos 10:34

Recuerdo que después del incidente, vi una calcomanía con una leyenda muy buena y eficaz que decía: “Este hogar es cristiano y aquí todos son bienvenidos”. De inmediato la compré y llegando a casa la coloque en mi puerta en lugar visible.

Hoy que todos nos reunimos virtualmente tratamos de no hacer distingos de ninguna clase. Tal vez por ello, en la trasmisión, los hermanos tardan un poco, saludando a quienes están presentes en la reunión y recordando a la mayor cantidad de hermanos que extrañamos. Basta ya de tanta distinción. Negros, blancos, ricos pobres, mexicanos y extranjeros, con estudios o sin ellos: Todos son bienvenidos para el Señor y por supuesto, para nosotros.

“Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas”. Hechos 2:41

Cada domingo se añaden más y más personas de diferentes lugares, costumbres, nivel socioeconómico, con la esperanza de que un día todos estaremos en la gloria con Jesús. Le invitamos a qué, como dice uno de nuestros líderes: “no deje de conectarse como muchos tienen por costumbre”. Reunámonos a través de los medios de comunicación en Espíritu y en verdad, porque la iglesia es, “casa de Dios”. Aquí, “Todos son bienvenidos”

Buenos días

J. L. R.