LIBERA YA TODO TU POTENCIAL

Viernes 30 de Octubre del 2020

LIBERA YA TODO TU POTENCIAL 


«Pues no vivimos para nosotros mismos ni morimos para nosotros mismos»  Romanos 14:7 (NTV)


El pecado puede cometerse en secreto, pero nunca será privado. O saldrá a la luz ahora, aquí en la Tierra, o será revelado en el Día del Juicio, pero de seguro se sabrá.


Números 32:23 es uno de los versículos más aterradores de la Biblia: “Y pueden estar seguros de que no escaparán de su pecado” (NVI).

Otra razón por la que el pecado nunca es privado es porque todo lo que haces, bueno o malo, afecta a otras personas, aunque no sepan lo que está pasando.


Si alguien cercano a ti se pasa toda la noche haciendo cosas realmente inmorales y luego lo ves por la mañana, notarás que algo anda mal. Puede que no sepas lo que sucedió, pero el resultado de su pecado será obvio por la forma en que se comporte. Muy pocas personas pueden actuar como si nada hubiera sucedido.

Ni siquiera tiene que ser un gran pecado el que cometas. Podría ser una simple omisión. Si acostumbras tener diariamente un tiempo diario de comunión con Dios, y luego te pasas unos días sin tener ese tiempo en la presencia de Dios, muy probablemente habrá una diferencia en cómo reacciones ante las personas y las circunstancias. Esto es porque cuando no has tenido esa comunión diaria con la Palabra y la oración, no tienes el poder espiritual para luchar contra las pruebas y el pecado.


La Biblia dice en Romanos 14: 7, “Porque ninguno de nosotros vive para sí mismo, ni tampoco muere para sí.” (NVI).

Mucha gente dirá: «Lo que hago con mi vida no es asunto de nadie más. Mientras no lastime a nadie, ¿por qué debería importarle a alguien más? (Lo que haga en Las Vegas, se queda en Las Vegas)». Pero resulta que sí estás lastimando a otras personas. Dios nos formó para ser personas interconectadas, y lo que hacemos y decimos siempre tiene un efecto en los demás.


El pecado te afecta de maneras que ni siquiera te das cuenta, y luego tus acciones en consecuencia afectan a los demás. Cuando cometes pecado, te alejas del poder de Dios y te alejas de tu potencial. Limitas el bien que puedes hacer y el impacto positivo que podrías tener.

¿No es triste pensar en lo que tú y los demás se están perdiendo cuando pecan y no están en su mejor condición ante Dios? Solo hay una manera de dejar atrás el pecado que te detiene y lastima a los demás: Arrepiéntete y confiésalo.

Reflexiona profundamente en esto:

  • ¿Cómo actúas y piensas de manera diferente cuando tienes un pecado oculto, no confesado?
  • ¿Cómo te acerca a Jesús el confesar tu pecado?
  • ¿Qué pecado en tu vida necesita ser confesado? ¿Cómo cree que podría estar afectando a otras personas?