“SEÑAL DE VICTORIA”


“SEÑAL DE VICTORIA”


Octubre 18 del 2020

En cierta ocasión una abuelita cristiana, ya no pudo ir a su iglesia local. Sus pies cansados no le obedecían como antes. Ante tal situación, le pidió a su nietecita que llevara dos monedas, cuando fuera a la reunión: -Mira hijita, esta moneda es para ti y la otra moneda es del Señor. Es mi diezmo. No olvides entregarlo en la iglesia por mi.

La pequeña asintió con la cabeza y se fue brincando de alegría. Al siguiente lunes cuando volvió a ver a su abuela, esta le preguntó: ¿Qué tal mi niña, pudiste entregar mi ofrenda? La niña bajó la mirada y respondió: -No abue, es que iba saltando y se me cayeron las monedas, una se fue por la coladera del drenaje, pero, ¡la otra la alcance a rescatar! La anciana con paciencia le preguntó: -Bueno, pero, entonces ¿Por qué no entregaste la moneda que pudiste recoger? A lo que la niña respondió: -No abue, la moneda que rescaté fue la que me diste para mí. La que me diste para tu diezmo fue la que se perdió.

No cabe duda que “quien inocentemente, se equivoca, inocentemente, peca”. Muchos de nosotros actuamos con la inocencia de la niña. El Señor, siempre nos bendice y no solo en dinero o bienes, en salud, en tener un hogar, alimentos, ropa, etcétera. Pero, a veces actuamos como está pequeñita. Creemos que al no haber un excedente del sueldo o de las ganancias del negocio, no tenemos que diezmar, ofrendar o dar primicias. Mire si usted hasta ahora a sobrevivido al Covid19, quiere decir que es muy amado y bendecido y debe dar la “señal de victoria” que el Señor recomendó:

“y los egipcios nos maltrataron y nos afligieron, y pusieron sobre nosotros dura servidumbre. Y clamamos a Jehová el Dios de nuestros padres; y Jehová oyó nuestra voz, y vio nuestra aflicción, nuestro trabajo y nuestra opresión; y Jehová nos sacó de Egipto con mano fuerte, con brazo extendido, con grande espanto, y con señales y con milagros”. Deuteronomio 26:6 al 8

Note como antes de dar primicias, diezmar u ofrendar, se debía recordar la “señal de victoria”, sobre los “egipcios” (crisis económica, enfermedad, problemas sentimentales, etc). Luego, se entregaban los primeros frutos de la bendición, en señal de victoria:

“Y ahora, he aquí he traído las primicias del fruto de la tierra que me diste, oh Jehová. Y lo dejarás delante de Jehová tu Dios, y adorarás delante de Jehová tu Dios”. Deuteronomio 26:10

Pero, precisamente, debemos de entregar al Señor nuestros frutos con alegría, esa que solo causa la victoria:

“Y te alegrarás en todo el bien que Jehová tu Dios te haya dado a ti y a tu casa, así tú como el levita y el extranjero que está en medio de ti”. Deuteronomio 26:11

Por todo ello, la iglesia primitiva acostumbro así:

Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se recojan entonces ofrendas”. 1 Corintios 16:2

Hoy es domingo y aunque no podamos reunirnos como antes, el Señor nos sigue dando “victoria tras victoria”. Estoy seguro que si pregunta a su pastor, proveerá los medios idóneos, para que juntos celebren domingo a domingo la “señal de la victoria”.

Buenos días

J. L. R.