“MI CASA, ES TU CASA”


“MI CASA, ES TU CASA”


Octubre 17 del 2020

Dicen los sociólogos que la “familia” es la “célula” de la sociedad y es que todas las culturas y de todas las épocas reconocen, el concepto de familia, como el grupo de seres humanos, unidos en línea recta y colateral por un origen común. La Biblia enseña que el Señor, también busca redimir a la familia, pues a través del sacrificio de Cristo, nuestras esposas, hijos, hermanos, abuelos, padres y toda nuestra familia, puede llegar a ser salvada por Jesús:

“Y habiendo considerado esto, llegó a casa de María la madre de Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos, donde muchos estaban reunidos orando”. Hechos 12:12

Cómo podemos ver, el Espíritu Santo, fundó la iglesia primitiva en las “casas” o “familias” de los primeros creyentes en Jesús. Cómo el caso de Lidia vendedora de púrpura en Tiatira:

“Y cuando fue bautizada, y su familia, nos rogó diciendo: Si habéis juzgado que yo sea fiel al Señor, entrad en mi casa, y posad. Y nos obligó a quedarnos”. Hechos 16:15

Y luego como sucedió en Filipos con el carcelero de Pablo:

“Y le hablaron la palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa. Y él, tomándolos en aquella misma hora de la noche, les lavó las heridas; y en seguida se bautizó él con todos los suyos”. Hechos 16:32 y 33

Luego la estrategia y propósito de nuestro Señor, es salvarnos junto con todos nuestros familiares, formando una gran familia de fe. Nadie mejor que Jesús, sabe que familias fuertes forman una iglesia fuerte. Un gran grupo de hijos de Dios, quienes tengan un “tronco” común que es el propio creador y Salvador común también, en Jesucristo.

Por todo ello, debemos de imitar al Señor procurando hablar de Cristo, a los miembros de nuestra familia como ejemplo nos da Dios a través de “Crispo”:

“Y Crispo, el principal de la sinagoga, creyó en el Señor con toda su casa; y muchos de los corintios, oyendo, creían y eran bautizados”. Hechos 18:8

Debemos hacer de nuestro hogar un “bunker” de oración en dónde la paz, el amor y la gracia del Señor, reine. Que nuestra “casa” venga a ser una “central misionera” en donde todos nuestros familiares sean creyentes y pregoneros de la verdad. Observe como el último capítulo de la carta a la iglesia de Roma, viene una lista de iglesias locales en las casas, (Romanos 16). Y es que en esta pandemia, se cerraron los lugares de reunión, pero se abrieron las casas para que la iglesia (cuerpo de Cristo), pueda escuchar y vivir la Palabra del Señor

Por todo ello, bien hacemos en interceder en oración y súplica por nuestras casas que son la gran familia de la fe y cuerpo de Cristo,

“Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe”. Gálatas 6:10

¡Buenos días!

J. L. R.