ERES ÚNICO POR UNA RAZÓN

Sábado 26 de Septiembre del 2020

ERES ÚNICO POR UNA RAZÓN

“Pues somos la obra maestra de Dios. Él nos creó de nuevo en Cristo Jesús, a fin de que hagamos las cosas buenas que preparó para nosotros tiempo atrás”  Efesios 2:10 (NTV)


Dios no creó nada sin un propósito específico. Si estás respirando, tú tienes un propósito. En Cristo, tienes algo que ofrecer al mundo.

Cuando Dios te creó, te formó de cierta manera y te «armo» de manera única para una contribución. Nadie ha sido tú en el pasado de la humanidad, ni lo será en el futuro. Dios no crea clones ni copias. Incluso los gemelos idénticos son diferentes en miles de formas.

Tu huella digital, tu voz, tu manera de caminar, tus latidos del corazón y tus ojos son únicos. No eres uno en un millón. Ni siquiera uno uno en billones, ¡eres total y completamente único!. Dios te hizo de esta manera. Y quiere que tú seas tú.


Es posible que hayas escuchado a lo largo de tu vida: «¿Por qué no puedes ser más como [tu hermano, hermana o amigo]?» Pero si Dios no hubiera querido que tú fueras tú, entonces no existirías.

Y, sin embargo, puedes pasar tu vida tratando de ser alguien que no eres. Cuando haces eso, pierdes todo tu propósito de vida.


Dios no te creó y te puso aquí en este planeta solo para respirar aire, ocupar un espacio y morir. Si estás aquí, existe una contribución que solo tú puedes hacer.

“Pues somos la obra maestra de Dios. Él nos creó de nuevo en Cristo Jesús, a fin de que hagamos las cosas buenas que preparó para nosotros tiempo atrás”   (Efesios 2:10 NTV).


Eres la obra maestra de Dios. Antes de que nacieras, Dios planeó las cosas buenas que quería que hicieras con tu vida. En otras palabras, te dio una razón de existir, un ministerio.

Todo el mundo tiene un ministerio. Puedes encontrar tu ministerio observando detenidamente cómo Dios te formó. Él te dio dones, habilidades naturales y experiencias espirituales únicas para ayudar a otras personas.


Cuando descubras cómo estás formado y uses esa forma para bendecir a otros, entonces encontrarás tu ministerio. Y encontrarás tu propósito para esta vida.

Medita en esto:

  • ¿Qué crees que pasaría si no cumples con tu propósito de vida?
  • ¿Cómo afecta a la iglesia de Cristo el cumplimiento de tu propósito o ministerio?
  • Piensa en cómo Dios te ha formado de manera única. Haz una lista de tus dones espirituales, carácter, habilidades físicas, personalidad y experiencias vividas. ¿Cómo querría Dios que los uses para ministrar a otros?