“PRACTICANDO EL SERMÓN DEL MONTE”


“PRACTICANDO EL SERMÓN DEL MONTE”


Septiembre 21 del 2020

Un cristiano de la península de Corea visitó a uno de los misioneros que allí estaban, le dijo lo que había aprendido del Sermón del Monte y deseaba repetirlo delante de él. En seguida aquel cristiano repitió, palabra por palabra, sin que le faltara una sola, los tres capítulos que componen el mencionado sermón. Cuando terminó, el misionero dijo a ese
cristiano que era necesario poner por obra las enseñanzas del sermón; a lo que aquel creyente replicó: “Así lo aprendí: Procuraba yo aprenderlo, todo de una vez, y las palabras se me iban. Entonces aprendí de memoria un versículo, salí en busca de alguno de mis vecinos y en él practiqué las enseñanzas de ese versículo; y se me quedaron bien las palabras. Entonces procuré aprender de esa manera todo el sermón, y así lo aprendí”.

Como podemos ver tanto la teoría como la práctica son importantes. Es necesario ser asiduos oidores de la Palabra, pero, también “hacedores de ella”. Jesús así lo enseño, al terminar de decir el “Sermón del monte”:

“Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca”. Mateo 7:24

Un hombre prudente, significa que es una persona que actúa con sensatez. Por otra parte la palabra casa o  “templo” tiene su origen, en la “templanza”, de modo que quien tiene la sensatez, para construir o formar su templo, con dominio propio, sobre la roca que es Cristo, aunque vengan vientos, tempestades y ríos, permanece firme.

“Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena”. Mateo 7:26

En este versículo encontramos otro elemento, la arena, significa nuestro criterio, porque cuando nosotros hacemos las cosas a nuestro parecer, sin tomar en cuenta al Señor Jesús, lo más seguro es que nuestra “casa” caiga.

“y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina». Mateo 7:27

Es decir, no podemos confiar en nuestras emociones. Son variables y somos volubles. En cambio la Palabra del Señor, es inamovible, siempre es la misma y por eso nos sirve de fundamento. Cualquier cosa que venga contra la “casa construida en la roca”, aún así permanecerá.

Está pandemia, viene a ser como lluvia fuerte, viento y ríos, que nos golpean y a nuestra casa. Así que es el momento de analizar en dónde hemos construido nuestra casa, nuestra vida, nuestra familia, nuestro futuro. Porque sin hacer violencia al versículo bíblico, pero, podemos decir que vinieron pandemias, vinieron terremotos, crisis económicas, etc. Pero si usted construye la educación de sus hijos, las finanzas de su casa en la roca. No prevalecerán, sobre su vida. ¿En dónde está construyendo? ¿Qué tormentas están anunciándose? ¿En dónde se encuentra, en la Roca o sobre arena? Recuerde:

“Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca”. Mateo 7:25

Buenos días

J. L. R.