TU SOLA PRESENCIA SERÁ LA DIFERENCIA

Miércoles 30 de Septiembre del 2020

TU SOLA PRESENCIA SERÁ LA DIFERENCIA

“Luego se sentaron silenciosos en el suelo junto a Job durante siete días y siete noches, y ninguno dijo nada; comprendían que su aflicción era tal que no había lugar para las palabras»  Job 2:13 (NBV)


Si siempre andas a las carreras, nunca serás bueno escuchando a las personas.

Para tener buenas conversaciones, de esas que dejan algo positivo e inspirador, comienza mirando con amor a la otra persona, pero luego debes invertir tanto tiempo como sea necesario. ¿Por qué? Porque no puedes escuchar bien si andas con prisa. Escuchar bien, lleva su tiempo.


Job era un hombre muy rico que prácticamente lo perdió todo, incluyendo su dinero, su salud e incluso a sus hijos. “Cuando tres de los amigos de Job se enteraron de la tragedia que había sufrido, viajaron juntos desde sus respectivos hogares para consolarlo y confortarlo…  Entonces, durante siete días y siete noches, se sentaron en el suelo junto a Job, y ninguno le decía nada porque veían que su sufrimiento era demasiado grande para expresarlo con palabras.” (Job 2:11 y 13 NTV).


A esto se le llama el ministerio de la presencia. Cuando estés ministrando a alguien que sufre, debes recordar esto: Cuanto más profundo es el dolor, menos palabras se expresarán. Si alguien está teniendo un mal día con su peinado, puedes hablar de ello durante 30 minutos. Pero si esa persona tiene una crisis importante, hablar de ella durante mucho tiempo probablemente no ayude en nada.

Mucha gente no sabe cómo ayudar a alguien que está en una crisis profunda. No saben qué decir.

Esas mismas personas a menudo se mantendrán alejadas del amigo que sufre profundamente, porque tienen miedo de decir algo incorrecto.


La verdad es que no es necesario que digas algo. Solo preséntate y guarda silencio. No se puede convencer a la gente de que supere su dolor. Algunas penas y dolores van más allá de las palabras. Cuando sea el momento adecuado, tu amigo herido te dirá algo. Y cuando sea el momento adecuado, también tu podrás decir algo.

Este tipo de ministración requiere de tiempo. Observa cuántos días los amigos de Job se sentaron en el suelo con él: siete. ¿Y tú tienes a alguien en tu vida que se sentaría en el suelo contigo durante siete días sin decir nada? Para eso se necesita ser una persona muy madura, y ser un verdadero amigo.


Si quieres ser ese tipo de amigo, entonces tienes que estar dispuesto a sacrificarte para poder dar a las personas tu amor, tu atención y tu presencia; tanto como lo necesiten.

Reflexiona acerca de esto: 

  • ¿Qué puedes hacer ahora mismo que te dé más posibilidades para estar disponible para tus amigos cuando están en crisis?
  • ¿Te resulta difícil escuchar y no hablar en una conversación? ¿Por qué crees que es así?
  • ¿Por qué es importante ministrar a alguien con tu presencia?