¿ESTAS SEGURO DE IR AL CIELO?

Sábado 25 de Julio del 2020.

¿ESTAS SEGURO DE IR AL CIELO?

“Y el testimonio es este: que Dios nos ha dado vida eterna, y esa vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida».  1 Juan 5:11-12 (NTV)


Si le preguntas a la gente sí sabe donde pasará la eternidad, en el Cielo o en el infierno, muchos de ellos probablemente te responderán: «Espero que ir al Cielo».


Pero el tener la esperanza, no es suficientemente. Le pido a Dios que esa no sea tu respuesta. Tu destino eterno es demasiado importante para no estar completamente seguro.

Es una tontería no estar preparado para lo que todos sabemos que es inevitable: la muerte. ¡Las estadísticas más recientes muestran que las tasas de mortalidad en el mundo siguen siendo del 100 %!


No tienes garantizado ni un minuto más en este planeta, y mucho menos otro día. No pospongas la elección más importante que jamás tengas que hacer.

La Biblia dice en 1 Juan 5: 11-12: “¿Y qué es lo que ha dicho? Que nos ha dado vida eterna, y que esta vida está en su Hijo.  Así que el que tiene al Hijo de Dios tiene la vida; el que no tiene al Hijo, no tiene la vida.” (NBV).

Y esto es lo más claro que podrás leer en la Palabra de Dios. Si tienes a Jesús, tienes vida. Si no tienes a Jesús, no tienes vida. La opción y decisión está en tus manos.

Nunca irás al Cielo por tener fe en otra persona. Y, al mismo tiempo, nunca irás al infierno por la elección de otra persona.

¡Esta es solo tu elección! Tú y solo tú decides dónde pasarás la eternidad.


Es por esto que la Navidad y la Semana Santa son tan importantes. Si Jesús no hubiera venido en Navidad, y si no hubiera muerto y vuelto a la vida en Pacua, estaríamos en una situación desesperada. Nada de lo que hiciéramos importaría. No tendríamos esta opción.


La cruz es la respuesta a nuestro problema más profundo y trascendente: nuestra separación de Dios.

La Biblia dice: “De hecho, ustedes estaban muertos a causa de sus pecados y no se habían despojado de su naturaleza pecaminosa; pero Dios nos vivificó con Cristo y nos perdonó los pecados. Él eliminó la prueba acusatoria que había contra ustedes, es decir, los mandamientos de la ley. Esa quedó anulada cuando la clavó en la cruz.” (Colosenses 2:13-14 NBV).

Reflexiona al respecto:

  • Ninguno de nosotros tiene garantizado otro minuto más en la Tierra. ¿Cómo le das sentido de urgencia a tu decisión de seguir a Jesús? ¿Y para tu familia y amigos?
  • Cuando oras por la salvación de una persona no salva, estás haciendo lo que agrada a Dios. Tus oraciones serán escuchadas. Sigue orando y no te desanimes. El poder de Dios es ilimitado, y su perdón es interminable.

La invitación de Dios está disponible y abierta de par en par.

Vivimos en tiempos inciertos, donde no sabes si en 2 semanas estaras vivo; pero sí puedes tener la certeza de que irás al Cielo. No importa lo que haya hecho o dónde haya estado, la invitación de Dios está abierta para ti.¿Estás listo? Aquí hay una oración con la que puedes comenzar: «Querido Señor, sé que cuando muera te voy a rendir cuentas de mi vida, directamente a ti. Sé que no me ha interesado saber de ti. Pero hoy, reconozco y confieso que he pecado contra ti, y he vivido mi vida como se me ha antojado, no como tu quieres. Quiero que eso cambie, comenzando en este momento. Quiero alejarme de mi mala manera de vivir y de mis pecados contra ti.»

«Gracias por enviar a Jesús a morir por todo lo que he hecho mal, para que yo no tenga que pagar la penalidad que merecen mis hechos. Sé que no merezco tu perdón. Sé que solo tu gracia puede salvarme, Señor. Nunca podría ser lo suficientemente bueno como para entrar por mi mismo a en un lugar perfecto, como lo es el Cielo.»

“Jesús, gracias por amarme tanto que te hiciste cargo de toda mi culpa. Me hiciste aceptable para el Cielo, y humildemente te pido que me salves. Te pido que me salves de los pecados y los hábitos que están destrozando mi vida en este momento. Yo creo en ti, Jesús. Y creo que cumplirás tu promesa de salvarme al momento de reconocerte y aceptarte. En el nombre de Jesús. Amén.»

Si has hecho esta oración, ya has aceptado a Jesús como tu Señor y salvador. Ahora, Él vive en ti. Compra una Biblia y empieza a leerla, te recomiendo que empieces por el Evangelio de San Marcos. Después, busca en tu ciudad, cerca de tu casa, un lugar donde se reúnan para aprender más del Señor Jesucristo y de la Biblia.


Y bienvenido a la familia de Dios.