“DYLAN Y JUANA”

“DYLAN Y JUANA”

Julio 23 del 2020

Dylan Esaú, es un niño de dos años que fue robado hace poco más de dos semanas, mientras su madre Juana, trabajaba en un mercado de San Cristóbal de las Casas, en Chiapas. La madre de familia de muy escasos recursos ha hecho de todo para encontrarlo, durante este tiempo y a pesar de no haber podido recuperar a su hijo, en las pesquisas policíacas, logró descubrir que: fue otra niña la que se llevó a su hijo. Que en una casa ubicada en el barrio de Tlaxcala, de San Cristóbal de las Casas, tres mujeres mantenían a cerca de 23 menores que van desde lactantes hasta los 15 años, a quienes obligaban a mendigar.

A pesar de todo, la madre de Dylan, Juana, aún no encuentra a su hijo y en su búsqueda, ha llegado a la ciudad de México, para ver al presidente y obtener su ayuda. Con cubre bocas, y sus vestidos humildes, Juana no se da por vencida y a su paso va dejando bendición. Cuando supe la noticia, vino a mi mente con qué intensidad nos busca Jesús:

“¿Qué hombre de vosotros, teniendo cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va tras la que se perdió, hasta encontrarla”. Lucas 15:4

De la misma manera que Juanita busca a Dylan y más; el Señor vino a este mundo, en busca de nosotros. No le importó humillarse, ni sufrir todo lo que padeció, para encontrarnos y salvarnos

“Y cuando la encuentra, la pone sobre sus hombros gozoso”. Lucas 15:5

El gozo de encontrarse con el autor de la vida es supremo. Jesús, nos lleva en sus hombros

“y al llegar a casa, reúne a sus amigos y vecinos, diciéndoles: Gozaos conmigo, porque he encontrado mi oveja que se había perdido. Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento”. Lucas 15:6 y 7

No importa el dolor en la búsqueda, los ángeles en el cielo, hacen fiesta cuando un pecador es encontrado y salvado. Y más porque durante esa búsqueda, muchos más, fueron alcanzados y salvados aunque el objetivo, de Jesús sea claro e inimaginable el lugar en donde nos encuentra Jesús, como en el caso de Zaqueo, quien a pesar de su corta estatura y el lugar donde estaba, el Señor lo encontró:

“Cuando Jesús llegó a aquel lugar, mirando hacia arriba, le vio, y le dijo: Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose yo en tu casa”. Lucas 19:5

Para un padre no hay nada peor que “perder y un hijo”. Dios lo sabe bien, pues el dio al suyo para buscarnos y encontrarnos y ha movido “cielo, mar y tierra para llegar a usted”. Vaya a su encuentro, abrace a Cristo, porque hoy quiere estar a su lado.

Yo estoy seguro que Juanita, encontrará a Dylan. ¿Por qué no compartir una oración a Dios por medio de Jesús, para que el encuentro suceda pronto? El Señor dijo:

“Hoy ha venido la salvación a esta casa; por cuanto él también es hijo de Abraham. Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido”. Lucas 19:9 y 10

Oremos por Dylan, nuestros hijos y todos los niños perdidos.

Buenos días

J. L. R.