“PODER A DISTANCIA”


“PODER A DISTANCIA”


Julio 21 del 2020

Las imágenes de Jihad Al-Suwaiti han dado la vuelta al mundo. Este joven palestino se ha subido hasta la ventana de la habitación en la que está ingresada su madre. El coronavirus deja indefensas a aquellas personas que son contagiadas. El caso de esta madre es la de muchos hombres y mujeres que se deben alejar de su familia. No hay tiempo de despedidas, en la más absoluta soledad de una habitación de hospital y la mano amiga de una enfermera, su vida termina.

Este problema se ha agudizado, pero no es nuevo. Jesús, atendió al oficial del rey, que agonizaba:

“Este, cuando oyó que Jesús había llegado de Judea a Galilea, vino a él y le rogó que descendientes y sanase a su hijo, que estaba a punto de morir”. Juan 4:47

Claro nuestra humanidad es débil, pues cuando un ser querido tan cercano como un hijo o una madre, queremos llevarlo ante el mejor médico, pero, se nos olvida que el mejor médico es “omnipresente”. Es decir está en el cielo, en la tierra y en todas partes:

“El oficial del rey le dijo: Señor, desciende antes que mi hijo muera. Jesús le dijo: Ve, tu hijo vive. Y el hombre creyó la palabra que Jesús le dijo, y se fue”. Juan 4:49 y 50

Cómo creyentes, debemos seguir el ejemplo de este oficial. No importa la distancia que nos separe de nuestro ser querido. Primero, pedir al Señor que todo lo puede y a todos nos oye en el nombre de Jesús, sin importar si estamos cerca o lejos de nuestro ser querido. Luego, agradecer, porque cuando podamos volver a vernos, el resto de nuestra familia nos dirá:

“Cuando ya él descendía, sus siervos salieron a recibirle, y le dieron nuevas, diciendo: Tu hijo vive”. Juan 5:51

Ese es el poder del Señor, quien, tiene el “poder a cualquier distancia”, para sanar y salvar, no solo el cuerpo físico, sino el alma, salvarnos del pecado y de la muerte, y sanar cualquier dolencia, como aquel oficial, por su hijo o por nuestra madre, como Jihad Al-Suwaiti, que tras la ventana, espera un milagro.

“Entonces él les preguntó a qué hora había comenzado a estar mejor. Y le dijeron: Ayer a las siete le dejó la fiebre. El padre entonces entendió que aquella era la hora en que Jesús le había dicho: Tu hijo vive; y creyó él con toda su casa”. Juan 4:52 y 53

Dios siempre contesta de inmediato. Así el Señor se lo hizo saber al profeta Daniel:

“Entonces me dijo: Daniel, no temas; porque desde el primer día que dispusiste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras; y a causa de tus palabras yo he venido”. Daniel 10:12

Tal vez nuestro corazón puede pedirnos escalar hasta una ventana, para ver un milagro, pero, cuando le suplicamos al Señor, Él nos oye y responde de inmediato, sin importar a qué distancia está nuestro familiar. Pidamos con fe. El Señor nos dice “tu hijo, tu madre, tu hermano, vive”.

Buenos días

J. L. R.