“FRUTO A TIEMPO”

“FRUTO A TIEMPO”

Julio 31 del 2020

Después de la vid, el higo es el fruto más importante de la Biblia. Adán y Eva cubrieron su desnudez con sus hojas (Génesis 3:7); era símbolo de prosperidad y paz durante el reinado de Salomón (1 Reyes 4:25); la falta de higos era considerado como una desgracia (Salmos 78:47; 105:33); hasta en el cortejo íntimo entre esposos no debía faltar la higuera (Cantares 2:13)

“La vid está seca, y pereció la higuera; el granado también, la palmera y el manzano; todos los árboles del campo se secaron, por lo cual se extinguió el gozo de los hijos de los hombres”. Joel 1:12

Esta profecía revelada por el profeta Joel, parece ser que se está cumpliendo. Con esta pandemia, parece que el Señor nos ha quitado los higos, sin embargo, no es así, pues si bien, padecemos por un poco de tiempo es para que en medio de la tribulación la luz de Cristo resplandezca más y mejor. Cómo se enseña en Bethel, casa de Dios, “crisis es oportunidad”. Leamos el siguiente capítulo:

“Animales del campo, no temáis; porque los pastos del desierto reverdecerán, porque los árboles llevarán su fruto, la higuera y la vid darán sus frutos”. Joel 2:22

Ahora vayamos a los evangelios. Jesús, enseñó a sus discípulos, respecto de una higuera que no daba fruto:

“Y viendo de lejos una higuera que tenía hojas, fue a ver si tal vez hallaba en ella algo; pero cuando llegó a ella, nada halló sino hojas, pues no era tiempo de higos”. Marcos 11:13

Observe que Jesús sabiendo la importancia nutricional y cultural del higo, ve la planta “con hojas”. Nosotros tenemos “hojas de cristianos”, luego, como la higuera da higos, el cristiano debe dar frutos (Gálatas 5:22). Entonces, no importa la época que estemos viviendo, si es temporada de higos o estamos en campaña de evangelización. Jesús sabía no solo lo importante que es un higo y un hijo de Dios. Cuando el Señor, lo pida, debemos darle su fruto.

“Y pasando por la mañana, vieron que la higuera se había secado desde las raíces”. Marcos 11:20

Existe una regla de biología (esfera biótica) que señala: “órgano que no se usa y reproduce, se atrofia y muere”. Eso es lo que con palabras el Señor explicó y mostró su amor con otra parábola a sus discípulos

“Y dijo al viñador: He aquí, hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo hallo; córtala; ¿para qué inutiliza también la tierra? El entonces, respondiendo, le dijo: Señor, déjala todavía este año, hasta que yo cave alrededor de ella, y la abone”. Lucas 13:6 y 7

Recordemos que el Señor contesta lo que pedimos junto con un proceso. Escuchó al pueblo cautivo en Egipto, pero, primero duraron dos generaciones en guerra, con los pueblos que ocupaban la tierra prometida. No importa que pasemos por una crisis, demos fruto a nuestro Señor, con cubre bocas, con mascarillas, con sana distancia, con gel antibacterial, pero, demos frutos, porque:

“Quien cuida la higuera comerá su fruto, Y el que mira por los intereses de su señor, tendrá honra”. Proverbios 27:18

Buenos días

J. L. R.

¡SI HAY UNA SALIDA!

Viernes 31 de Julio del 2020

¡SI HAY UNA SALIDA!

Entonces Jonás oró al Señor su Dios desde el vientre del pez.  Jonás 2:1 (NVI)


¿Alguna vez te has sentido tragado por la vida? Tal vez estabas rodeado de depresión, conflicto, preocupación o culpa, y te sentías sin esperanza.
Espero que no te sientas así en este momento, pero en algún momento lo harás. Puede perder a un ser querido, tu trabajo o tu salud.

Y cuando te enfrentes a una situación desesperada, piensa en lo que hizo Jonás.

Después de que Jonás huyó de la misión de Dios para su vida, Dios preparó un gran pez para tragárselo. Y mientras estaba dentro de ese gran pez, Jonás volteó sus ojos a Dios.


De hecho, todo el segundo capítulo de este libro, Jonás ora al Señor mientras se hunde en el océano y es tragado por un pez gigante. Es una lección para nosotros, para qué cuando nos sintamos abrumados, busquemos a Dios en oración.

Desde el primer versículo del capítulo dos, vemos a Jonás buscando a Dios: «Entonces Jonás oró al Señor desde el vientre del pez:« (Jonás 2:1 NBV).

Algunos problemas en la vida nunca desaparecerán a menos que aprendamos a buscar a Dios en oración.


En Marcos 9, algunos de los seguidores de Jesús habían estado tratando de expulsar a un demonio de una persona, pero no pudieron. Entonces le preguntaron a Jesús, ¿por qué?.

Y Jesús respondió: «Esta clase de demonios solo puede ser expulsada a fuerza de oración —respondió Jesús.» (Marcos 9:29 NVI).

Algunos problemas están tan profundamente arraigados que solo la oración persistente los resolverá. No se trata de una oración aislada. Si algo solo te importa cómo para orar por eso una sola vez, entonces realmente no te importa. Si realmente quieres ver que algo suceda en tu vida, orarás por eso una y otra vez.


¡Dios quiere ver si lo que le pides, lo quieres tan desesperadamente como para seguir y seguir orando! El Señor está más interesado en desarrollar tu fe que en contestar cada pequeña oración.

Si hoy te sientes desesperado, voltea tus ojos a Dios y sigue orando. ¡Nunca te rindas!

Medita al respecto:

  • ¿Por qué a menudo tratamos a la oración como nuestro último recurso cuando nos sentimos desesperanzados?
  • ¿Por qué cosa has estado orando de manera persistente?
  • ¿Hay alguna área en tu vida, en la que te sientas desesperado y necesites orar? ¿A quién puede pedirle que ore contigo persistentemente sobre este tema?