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Sábado 5 de Enero del 2019.

 

NO TEMAS, MIRA HACIA LA LUZ

 

“Aunque pase por el valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque Tú estás conmigo; Tu vara y Tu cayado me infunden aliento” (Salmo 23:4 NBLH).

La pérdida es una fuente común de estrés. Puedes perder tu trabajo, tu salud, tu dinero, tu reputación, o a un ser querido.

Cuando las personas sufren una pérdida, tienen dos reacciones comunes: Una es el temor, y la otra es el duelo y la aflicción. El duelo y la aflicción son buenas. La aflicción es la forma en la que enfrentas las transiciones en la vida. De hecho, si no tienes duelo, ¡Te quedarás estancado!, la aflicción no te matará si la vives y la dejas salir.

Por otro lado, el miedo es algo malo, muy malo. En ningún lugar en la Biblia dice: “no te aflijas”, «no hagas duelo», “no llores”, “no solloces”, “no llores a gritos”. Lo que sí dice es “no temas”. ¡Y lo dice 365 veces! La aflicción no te paraliza, pero el miedo sí.

El rey David lo dijo en Salmos 23:4, “Aunque pase por el valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque Tú estás conmigo; Tu vara y Tu cayado me infunden aliento” (NBLH).

Los pastores siempre llevaban una vara y un cayado para proteger a sus ovejas. David sabía que de la misma manera, Dios tenía las herramientas para protegerlo, y él confiaba en Dios, incluso en los valles más oscuros y sombríos de su vida.

Justo ahora, puedes estar pasando por el valle de las sombras –tal vez el valle de las sombras de muerte. Tal vez sea el valle de las sombras de las deudas. Tal vez sea el valle de las sombras del conflicto. Tal vez sea el valle de las sombras de la depresión. Tal vez sea el valle de las sombras del desánimo.

Las sombras son aterradoras. ¿Recuerdas el miedo que sentías de las sombras, cuando eras niño y estabas acostado en tu cama?… Pero ya he aprendido algunas cosas sobre las sombras.

Primero, las sombras no pueden herirte.

Segundo, las sombras siempre son más grandes que la fuente que las originan.

Y aquí te tengo más buenas noticias: Donde hay una sombra, forzosamente tiene que haber luz. No puedes tener una sombra sin luz. Así que la clave cuando pases por el valle de sombras, es darle la espalda a la sombra y mirar hacia la luz. Porque mientras mantengas tus ojos en la luz –Jesúsla luz del mundo– la sombra no te asustará.

Así es como pasas por el valle de las sombras de muerte. Así es como disminuyes tu estrés, confiando en Dios en los valles más oscuros, así como David lo hizo diciendo: “Cuando estoy por rendirme, tú, Señor, sabes por dónde debo ir…” (Salmos 142:3ª RVC)

 

Reflexiona sobre esto:

  • ¿Qué sombras has enfrentado recientemente? ¿Por qué son tan desalentadoras para ti?
  • ¿Cómo el memorizar la Escritura te ayuda a enfrentar los temores en tu vida?
  • ¿Por qué el miedo estresa a las personas? ¿Cómo te paraliza y evita que hagas lo que Dios te ha llamado a hacer?
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