Ahora, perdónate a ti mismo

Miércoles 24 de Octubre del 2018.

DESPUÉS DE SER PERDONADO POR DIOS; PERDÓNATE A TI MISMO 

“No nos castiga por todos nuestros pecados; no nos trata con la severidad que merecemos. . . . Llevó nuestros pecados tan lejos de nosotros como está el oriente del occidente” Salmos 103:10, 12 (NTV)

Dios nuestro Señor siempre nos da lo que necesitamos, no lo que justamente merecemos. Salmos 103:10, 12 dice: “No nos castiga por todos nuestros pecados; no nos trata con la severidad que merecemos. . . . Llevó nuestros pecados tan lejos de nosotros como está el oriente del occidente” (NTV).

En lugar de darnos el castigo que merecemos, Jesucristo pagó por todos nuestros pecados y todos nuestros errores. Me gusta que la Biblia diga, tan lejos de nosotros como está el oriente del occidente, porque no hay fin para el este y el oeste. Físicamente puedes llegar a un punto en la Tierra que dice éste es el Polo Norte o el Polo Sur. Pero no hay forma que llegues al oriente y al occidente, en cualquier parte del planeta donde este parado, siempre habrá un oriente y un occidente por alcanzar. ¡Dios simplemente ha tomado nuestro pecado y lo ha eliminado!

Y si Dios te ha perdonado, entonces necesitas perdonarte a ti mismo; ¿o acaso eres más justo y santo que Dios?

Hay un personaje en la Biblia, el rey David, que cometió adulterio y luego, para encubrirlo, asesinó al marido de la mujer. Esos son pecados muy graves: asesinato y adulterio. ¿David merecía ser perdonado? No. ¿Merecía David misericordia? No. Pero David sabía que Dios es un Dios bueno, y por eso pidió misericordia. El oró: “Ten compasión de mí, oh Dios, conforme a tu gran amor; conforme a tu inmensa bondad, borra mis transgresiones. Lávame de toda mi maldad y límpiame de mi pecado” (Salmos 51:1-2 NVI).

Si estás luchando con un gran pecado en tu vida, debes leer todo el Salmo 51. Todo este salmo se basa en quién es Dios, no en quién eres tú.

Déjame dejar esto bien claro, Dios te perdona no porque seas bueno, sino porque Él es bueno. Él es un buen Dios y tiene un buen plan para ti, incluso cuando lo hayas arruinado todo por completo. ¡Nada, nada, nada te puede separarte de Su amor!

Reflexiona sobre esto:

• ¿Qué mereces recibir de Dios?

• ¿Por qué es tan difícil el perdonarte a ti mismo? ¿Cómo pueden la gracia y el perdón de Dios influir en como te ves a ti mismo?

• ¿Qué necesitas hacer para que recibas Su perdón?