No te detengas…

Jueves 18 de Octubre del 2019.

NO TE DETENGAS, DA TU SIGUIENTE PASO

“—Puedes irte —le dijo Jesús—; tu fe te ha sanado. Al momento recobró la vista y empezó a seguir a Jesús por el camino” Marcos 10:52 (NVI)

No sé cuál pudiera ser el próximo paso que tengas que dar, pero si sé que necesitas darlo. Tal vez tu siguiente paso sea aceptar a Jesucristo en tu vida. O puede ser que sea tiempo de que te bautices. Quizás necesitas unirte a una iglesia, asistir a un grupo de estudio bíblico, dar el diezmo, encontrar un ministerio para servir, ir a un viaje misionero, o invitar a un amigo a la iglesia. No sé cuál sea tu próximo paso, pero sí sé que: Tienes uno. Dios nunca termina de llevarte más profundo en la fe. En esta vida, siempre hay un próximo paso.

Si no das ese siguiente paso, te quedarás atrapado, estancado en una tediosa rutina – y la única diferencia entre una tumba y una rutina es el código postal. Si no te mueves hacia adelante en fe, te vas a morir en vida. Tu corazón se enfriará y te sentirás más distante de Dios. Él no te ayudará con los pasos dos, tres, cuatro y cinco, hasta después que des el paso uno. Si estás pidiendo ayuda a Dios en algo, Él te está preguntando, “¿Por qué no has hecho lo que te pedí que hicieras?” Es posible que estés “meditando” en hacer algo. Deja de meditar y ponte a hacerlo.

Antes de que Bartimeo conociera a Jesús, él se sentaba a un costado del camino, un hombre ciego que pedía limosna. Después que el Señor hizo que recobrara la vista, el empezó a seguir a Jesús por el camino” (Marcos 10:52 NVI). ¿Cuál de esas dos frases describe tu vida: sentarse al costado del camino o seguir a Jesús por el camino? ¿Cuál de estos dos estilos de vida piensas que es más satisfactoria? ¿Cuál crees que tiene más gozo, más significado y mayor trascendencia? ¿Cuál quieres que represente tu vida?

Solo hay una forma de seguir a Jesús en el camino: Dando el siguiente paso.

La fe es más que creer. La fe es más que pensar, hablar o tener convicciones sobre Jesús. La fe es una acción. Es un movimiento; es una actividad. La fe es algo que haces. De hecho, en la Biblia en Santiago 2:14 dice, ¿de qué le sirve a uno decir que tiene fe si no lo demuestra con sus acciones?” (NTV)

¿Y dónde conseguimos fe para tener un nuevo y fresco comienzo en nuestra vida? Solo hay una fuente: Jesucristo.

“Pero gracias a él ustedes están unidos a Cristo Jesús, a quien Dios ha hecho nuestra sabiduría —es decir, nuestra justificación, santificación y redención” (1 Corintios 1:30 NVI). Bartimeo no tenía idea que Jesucristo iba a pasar por ahí ese día. Para él, era un día más. Pero Dios le dio una oportunidad inesperada que le ofreció a él un nuevo comienzo. Dios te da esa misma oportunidad hoy. No la dejes pasar. Da tu próximo paso en fe antes de perder esta oportunidad.

¿Ya aceptaste a Jesús como tu Señor y Salvador?

La Biblia dice que todos somos pequeños e insignificantes ante la grandeza de Dios. Aun así, Dios nos ama – aunque pecamos y tenemos defectos. De hecho, Dios nos ama tanto que envió a su Hijo, Jesús, para limpiar nuestros pecados, y hacernos parte de la familia de Dios.

Si nunca has aceptado el amor de Dios e invitado a Jesús a tu corazón, quiero que tengas la oportunidad de hacerlo ahora mismo. Si las palabras de esta oración expresan tu sentir, entonces házselo saber a Dios, orando como diciéndole: “Yo también”

“Bendito Señor, no lo entiendo todo, pero te agradezco por amarme. Te agradezco por estar para mí y por enviar a Jesús para salvarme en lugar de condenarme”

“Confieso que he pecado contra ti y admito que necesito a Jesús como mi Salvador. Quiero tener una relación con Jesús. Quiero seguirlo y hacer lo que Él me pida”

“Te pido que me salves de mi pasado, de mis remordimientos, de mis errores, de mis pecados, de mis malos hábitos, de mis dolores y de mis traumas”.

“Te pido que me salves para cumplir tu propósito para mi vida. Quiero saber para que me pusiste en este planeta. Y quiero cumplir para lo que fui creado. Quiero aprender a amarte y confiar en ti, y ser parte de tu familia para siempre. En el nombre de Cristo Jesús, Amén”

Reflexiona sobre esto:

• ¿Qué estás esperando para dar el próximo paso de fe en tu vida?

• ¿Cómo tratas de justificar la tardanza de dar ese próximo paso para seguir a Jesús?

• ¿Cuál es el “siguiente paso” que darás hoy para moverte hacia la fe?