Viviendo en gracia

Viernes 12 de Octubre del 2018

VIVIENDO EN LA GRACIA DE DIOS

“Cada uno debe dar según lo que haya decidido en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al que da con alegría. Y Dios puede hacer que toda gracia abunde para ustedes, de manera que siempre, en toda circunstancia, tengan todo lo necesario, y toda buena obra abunde en ustedes”. 2 corintios 9:7-8 (NVI)

Si quieres descubrir cuánto entiendes la gracia y cuánto estás viviendo por gracia, mira lo que das.

La Biblia dice: Cada uno debe dar según lo que haya decidido en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al que da con alegría. Y Dios puede hacer que toda gracia abunde para ustedes, de manera que siempre, en toda circunstancia, tengan todo lo necesario, y toda buena obra abunde en ustedes” (2 Corintios 9:7-8 NVI).

Observa la palabra «toda» en esta Escritura: «toda gracia», «toda circunstancia», «todo lo necesario», “toda buena obra”. Esas son las promesas relacionadas con la persona que se vuelve como Cristo. ¿Cómo es Cristo? Él es un dador. Dios amó tanto al mundo que Él dio. Hasta que no aprendas a ser generoso con tu tiempo, dinero, recursos y oportunidades, no serás como Cristo. Nada demuestra mejor que comprendes la gracia divina, que siendo amorosamente bondadoso y generoso con otras personas y con Dios.

Si estás tenso o a la defensiva cuando tu pastor comienza a hablar sobre el dar, significa que no entiendes lo que es la gracia. Mira la Escritura de nuevo. Dice que, si das con alegría y generosidad, Dios se hará cargo de todas tus necesidades, todo el tiempo y en todas las formas.

Aquí está la pregunta: ¿Vas a confiar en el Dios que dio su vida por ti? Si puedes confiar en Él lo suficiente para darte la salvación eterna, ¿Entonces cómo no puedes confiarle a Él tus finanzas?

La verdad es que realmente no posees nada. Dios te lo presta todo por 70 u 90 años. Al final todo es de Él. Si mi hijos, cuando eran pequeños, venían para pedirme dinero para comprarme un regalo, ¿de dónde proviene el dinero en primer lugar?

Dios hace lo mismo con nosotros. Él nos da generosamente. Luego nos dice: “Lleva una vida de gratitud. Sé generoso dando y dando, incluido tu diezmo”. ¿Necesita Dios el dinero? Para nada. Él quiere que te vuelvas como Él. Quiere que tengas un corazón que diga: «No puedo esperar para dar en todas las áreas de mi vida».

Romanos 8:32 dice: «Si Dios no se guardó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿no nos dará también todo lo demás?» (NTV).

El hecho es que puedes decir que amas a Dios y cantas que confías en Dios y que lo pones primero en tu vida, ¿pero en tu chequera puedes mostrar cuánto significa la gracia de Dios para ti?

Reflexiona sobre esto:

• ¿Te llamarías un dador alegre? ¿Por qué o por qué no?

• ¿Cómo has visto a Dios bendecir tus finanzas o proveer para ti cuando has sido fiel con el diezmo?

• ¿De qué manera tu vida refleja gratitud por la gracia de Dios?

Y aprovechando que estas leyendo estas líneas; ¿estás listo para invitar a Jesús a tu corazón?

¿Estás listo para recibir el regalo de la gracia de Dios para ti? Es una oración simple que le dirá a Dios que acepta el regalo de Jesús.

Oración:

 «Dios mío, tengo miedo, pero quiero conocerte. No lo entiendo todo, pero te agradezco que me ames. Te agradezco que estuvieras conmigo, incluso cuando no te conocía. Te agradezco que estés por mí, que no enviaste a Jesús para condenarme sino para salvarme.»

 “Admito que nunca me di cuenta de que necesitaba un Salvador, pero hoy quiero recibir el regalo de tu Hijo. Te pido que me salves de mi pasado, mis remordimientos, mis errores, mis pecados, mis malos hábitos, mis heridas y mis traumas y complejos. Necesito que quites el estrés y me llenes con tu amor. Necesito estar en paz contigo y necesito que pongas tu paz en mi corazón.»

 “Te pido que me salves para tus planes y propósitos. Quiero saber para qué estoy aquí en la Tierra. Y quiero hacer lo que esperas que haga. Quiero aprender a amarte y a confiar en ti y tener una relación personal contigo. Te lo pido en el nombre de Jesús, amén.»