Sirviendo Con Todo Tu Corazón

 

«»Si obedeces cuidadosamente todos los mandatos que te entrego hoy y si amas al Señor tu Dios y lo sirves con todo tu corazón y con toda tu alma,él mandará las lluvias propias de cada estación…» (Deuteronomio 11:13-14 NTV)

 

En repetidas ocasiones, la Biblia dice que debemos «servir al Señor con todo el corazón.» Dios quiere que le sirvas con pasión, y no solo obedientemente. La gente rara vez tienen éxito en tareas que no disfrutan en hacerlas o no se apasionan por ellas. Dios quiere que utilices tus gustos e intereses naturales para servirle a él y a los demás.

 

¿Cómo puedes saber cuando estás sirviendo a Dios con tu corazón?

 

 

La primera señal reveladora es el entusiasmo. Cuando estás haciendo lo que te gusta hacer, nadie te tiene que motivarte o desafiarte para que lo hagas, o estarte checando para verificar que lo estas haciéndolo. Tu lo hace por el puro placer y disfrute de hacerlo. No necesitas recompensas o aplausos, o que te paguen por ello, porque te gusta servir de esta manera.

 

Lo contrario también es cierto: cuando no tienes tu corazón en lo que estás haciendo, te desanimas, te cansas y te aburres fácilmente.

 

 

Una característica del servir a Dios de todo corazón es la eficiencia: cada vez que haces lo que Dios planeo y te equipo para que hicieras, amaras el hacerlo y seras muy bueno en ello. Actuar con pasión te lleva a la perfección. Si no te importa la tarea, es poco probable que sobresalgas en ella.

 

Por el otro lado, los mayores triunfadores en cualquier campo, son los que lo hacen por pasión, y no por deber o beneficio.

 

 

Todos hemos escuchado a la gente decir: «Tomé un trabajo que odio con el fin de hacer un montón de dinero, y así algún día, me pueda salir y hacer lo que realmente me gusta hacer.» Eso es un gran error. No pierdas tu vida en un trabajo que no expresa el sentir de tu corazón.

 

Recuerda que las mejores cosas de la vida no son ‘cosas’. La significancia es mucho más importante que el dinero. El hombre más rico del mundo, dijo una vez: «Más vale ser pobre y obedecer a Dios que ser rico y vivir en problemas.» (Proverbios 15:16, TLA).

 

 

 

No te conformes solo con alcanzar «la buena vida», porque la buena vida no es lo suficientemente buena. En última instancia, no te va a satisfacer. Puedes tener mucho para vivir, y aún así, no tener nada por qué vivir. Busca que tu propósito de vida sea en lugar de buscar «una vida mejor», sea una vida sirviendo a Dios de la manera en que tu corazón te lo indique.

 

Descubre lo que verdaderamente te gusta hacer, lo que pagarías para poder hacerlo; y eso, es lo que Dios te ha puesto en tu corazón, !y luego hazalo para su gloria!

 

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